Luego de anunciar una inversión de $37,5 millones en obras obras fluviales en la provincia de Buenos Aires, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner habló durante una hora en la Rosada y volvió a repartir críticas a opositores, medios y empresarios, con llamativas citas bíblicas.
"Sólo hay que tenerle temor a Dios. Y a mí, un poquito. Por lo menos, los funcionarios que dependen de mi nombramiento", advirtió a sus funcionarios, en un mensaje indirecto al juez de Quilmes Luis Armella, quien sancionó a varios funcionarios nacionales en el marco de la causa del Riachuelo. A raíz de las multas aplicadas a la Secretaría de Medio Ambiente, la Corte Suprema le pidió al juez federal que explique sobre presuntas irregularidades en el saneamiento de la Cuenca Matanza-Riachuelo por parte del ACUMAR. Frente a ello, la Presidenta le mandó un particular mensaje al magistrado. "Los jueces no son dioses", cargó la mandataria.
La jefa de Estado salió a defender a sus funcionarios. "Notifico, en este acto, a todo el Poder Ejecutivo, a los organismos autárquicos y satelitales, si hubiera, que se comuniquen conmigo para saber lo que está pasando", exhortó la Presidenta. "Que ningún funcionario tenga temor o excusa. Vienen y me cuentan. Permítanme que sea yo, que soy la Presidenta, que los he designado, la que decida si son importantes esos problema y si tienen solución", añadió.
La Presidenta descargó su ira contra Armella porque el magistrado fue quien paralizó el anuncio de CFK de obras en la Autopista Perón por sobre el Parque Pereyra Iraola. Vecinos denunciaron un grave daño ambiental.
Mensaje a Rocca. La Presidenta también dedicó unos párrafos al presidente del Grupo Techint, Paolo Rocca, quien desairó a la Jefa de Estado por poner en duda el "rumbo económico". Ella replicó: "Compraron por precio de chatarra la empresa Somisa y crecieron por la protección y los subsidios energéticos". "El Estado los protegió con medidas antidumping y subsidios económicos", reprochó, ante el aplauso del auditorio.
Desaprobación hacia Scioli. En medio de un vertiginoso listado de temas (que llegó hasta a sus recuerdos como madre de un Máximo bebé y el envase del detergente que utilizaba para lavar los platos) Fernández de Kirchner aprovechó la cadena nacional para enviarle un mensaje a los gobernadores bonaerense y santafesino, Daniel Scioli y Antonio Bonfatti, respectivamente. "Una cosa es un esquema tributario, pero hacer ajustes a esta Presidenta, no se le pasa por la cabeza", señaló, en alusión a Scioli. Esta semana, Perfil.com reveló que el mandatario provincial busca aprobar una nueva reforma impositiva para sanear el déficit que aqueja a su gestión.
"Basta de echarle la culpa a los demás de lo que no son capaces de hacer", enfatizó la Presidenta al referirse a los mandatarios provinciales, a quienes advirtió: "Yo puedo hablar cómo están gestionadas algunas provincias".
A su turno, Cristina Fernández cruzó al gobernador de Santa Fe, a quien le aclaró que la Nación no ejerció ninguna "imposición" hacia esa provincia, como dejaron trascender funcionarios de ese distrito.
Tras pedirle que "sería bueno que los legisladores de Santa Fe nos apoyaran un poquito más" en el Congreso, la mandataria refirió: "Sé que ustedes tienen una ley (de reforma tributaria por tratar) por ahí, dijeron que había una imposición del gobierno nacional". "Usted es un federalista y jamás aceptaría imposición, porque tiene la suficiente inteligencia y sapiencia para saber lo que necesita su provincia", añadió.
Ultimátum a Clarín. "La cadena nacional ilegal del desánimo tiene fecha de vencimiento: el 7 de diciembre", insistió la primera mandataria, al recordar la fecha que pautó la Corte Suprema para que se aplique el artículo 60 de la Ley de Medios, sobre desinversión de los grupos de comunicación.
Por el contrario, Fernández de Kirchner señaló que "las cadenas nacionales de una Presidenta son legales". "No utilizo la cadena para contar mi vida ni pedir que me voten. Les quiero contar a los argentinos las cosas que les quieren ocultar, para entristecerlos", expresó. "Los que son una cadena nacional son ellos, violentando todas las leyes, pensando que pueden pasar sobre el Poder Ejecutivo, el Legislativo y Judicial, como vienen haciendo desde los últimos tres años", exclamó.
El discurso terminó con otra alusión bíblica: "No hay que escuchar tanto a estos de Sodoma y Gomorra, porque podemos quedar convertidos en una estatua de sal, como la esposa de Set". En un pequeño furcio, la mandataria confundió los personajes: quien se convirtió en una estatua de sal al mirar atrás no fue la esposa de Set, sino la de Lot.