Cristina Kirchner y su hijo Máximo se entusiasman con preservar el voto del Frente para la Victoria con candidatos de La Cámpora.
La apuesta a los “puros” tendrá su primer ensayo mañana, cuando Mariano Recalde –integrante de la agrupación– se someta a las elecciones internas porteñas, tratando de retener la cantidad de sufragios del espacio oficialista en la Ciudad.
Todo fue diseñado en Olivos. Recalde admitió que estaba en la quinta presidencial cuando el jefe de la organización juvenil le adelantó: “Vas a ser vos”. Desde entonces, el presidente de Aerolíneas Argentinas recibió todo el apoyo del Gobierno para su campaña, con el propósito de que sea el más votado dentro de las primarias K y de que consiga ser el candidato del Frente para la Victoria a jefe de Gobierno. Después de dos elecciones en las que el candidato no fue del riñón, Daniel Filmus, ahora se intenta cambiar la estrategia.
Si en la general logra entrar en una segunda vuelta, habrá obtenido el resultado esperado. Y empezará la otra etapa para consagrar a los “puros”. Aunque se descarta que habrá camporistas en las listas de legisladores nacionales y provinciales, el ensayo “Recalde” persigue como objetivo ver si otros miembros de la agrupación pueden obtener el apoyo popular en cargos relevantes.
Por eso, la Casa Rosada deja correr suelto al ministro de Economía, Axel Kicillof, y al secretario general de la Presidencia, Eduardo “Wado” de Pedro. Cristina y Máximo no están pensando sólo en esta elección, sino en instalar a La Cámpora de cara a 2019. Wado suele repetir que “éste no es el gobierno de La Cámpora, vendrá en 2019”.
Ayer, Kicillof dijo que no aspira a ser vicepresidente, cuando se corría el rumor de que podría acompañar a Daniel Scioli en una fórmula. Sin embargo, desde la Rosada dijeron a PERFIL que será candidato. CFK apuesta a La Cámpora porque su futuro está atado al suyo.