El rencor K sigue latente: tres años y tres meses después del histórico "no positivo" de Julio Cobos, la militancia oficialista lo siguió insultando anoche en Plaza de Mayo como aquella madrugada, al mismo nivel que Clarín, otro enemigo del Gobierno. Fue el cierre de un domingo electoral triste para el aún vicepresidente de la Nación: su candidato a gobernador perdió en Mendoza.
Julio Cobos desayunó con su mujer y su hija, que en junio de 2012 lo hará abuelo. Por la mañana, fue a votar a la Escuela Nodino de la capital mendocina. Lo esperaban algunos fotógrafos, bastantes menos que en 2003, cuando ganó la gobernación, y que en 2007, cuando integraba la fórmula con Cristina Fernández de Kirchner.
Vuelve el Ingeniero Cobos. Al sufragar se mostró relajado, como de costumbre, y saludó afectuosamente a varios conocidos. "Después de haber sido gobernador cuatro años, vicepresidente cuatro años... Son ocho años duros, de exposición para mí, para mi familia y bueno, ahora viene otra etapa", adelantó.
¿Otra etapa? "No voy a ocupar cargos públicos al menos por ahora, quiero volver a la construcción, sentir el olor a hormigón, de obra, que uno extraña, porque es lo que estudió toda la vida", confesó.
De hecho, el rumor corrió rápido por el sector y ya habría recibido algunas ofertas de empresas mendocinas. Lo mismo para dar clases de Ingeniería en las universidades públicas de la provincia.
Igual aclaró que su retorno al ámbito privado "no significa ello que no vaya a hacer política, porque la hice antes, durante 20 años de ingeniero que no ejercí ningún cargo público pero trabajé en política". Por si algún kirchnerista sospechaba que no sabría nada más sobre el "traidor" después del 11 de diciembre.
Luego llegaron los medios nacionales con preguntas menos personales. "¿Se arrepiente de algo?", le consultó el corresponsal de una agencia nacional. "No me arrepiento de nada, de ninguna de las decisiones que tomé en las circunstancias en que vivía el país", contestó Cobos.
Caída radical. El candidato radical y delfín cobista, Roberto Iglesias, perdió la gobernación a manos del kirchnerista Francisco Pérez. La derrota de la UCR fue el final del descenso de popularidad del cobismo tras el "no positivo" de julio de 2008.
Para el vicepresidente los motivos fueron otros: “Si se hubieran concretado otras alianzas, con el socialismo... Las encuestas daban un resultado, pero era posible que en las urnas pasara otra cosa”. Y aclaró: "En la campaña estuve cada vez que me llamaron. En eso estoy tranquilo, porque he aportado lo que se me ha pedido".
Por la tarde, llamó al sucesor de Celso Jaque y lo felicitó. Lo llamé a los dos y les deseé suerte. Cualquier consejo de ex gobernador que necesiten lo van a tener. A Jaque le dimos un montón de consejos, pero no tomó ninguno”, siguió el vicepresidente.
También se acordó de las gran ganadora de la jornada. “Ya que yo no hablo con ella, por eso aprovecho ahora y le mando un saludo por los medios a la Presidenta y a su compañero de fórmula", le dijo Cobos a los medios locales en el búnker de Roberto Iglesias. Eran todas caras largas allí.
Una buena noticia. Pocos días después de la muerte de su madre, Cobos pudo tener una alegría familiar: supo que será abuelo. "Ha sido la mejor bendición que he tenido como noticia en estos días, falta mucho porque es para el 1º de junio, pero lo vivo con el entusiasmo que eso implica", contó.