Un ex juez del Juicio a las Juntas Militares, un Defensor Oficial y hasta un abogado de femicidas, son algunos de los profesionales del derecho que intervienen en la causa de los cuadernos de las coimas. En el caso ya hay 45 imputados entre empresarios y ex funcionarios, entre ellos CFK, a quien la defiende Carlos Beraldi, uno de los penalistas más importantes del país y quien también la representa en los casos más sensibles que enfrenta la ex mandataria como Hotesur, Los Sauces y direccionamiento en la Obra Pública.
Por su parte, el empresario Aldo Roggio, de Benito Roggio e hijos, otro de los involucrados y uno de los últimos en sumarse a la lista de “arrepentidos” del caso, es defendido por Jorge Valerga Aráoz, quien en 1985 fue uno de los magistrados que llevó adelante el histórico Juicio a las Juntas Militares. Dos años después Valerga se retiró a la actividad privada.
En tanto que uno de los estudios que más defendidos reúne es el de Rosental, Landaburu & Aráoz de Lamadrid, que defendió a Franco Macri y ahora tiene en sus filas a Angelo Calcaterra, ex dueño de Iecsa y primo hermano presidencial, a su ex segundo en la empresa, Javier Sánchez Caballero, y a Juan Carlos De Goycoechea, ex Isolux. Este último fue el primero en arrepentirse, una estrategia que apenas un fin de semana después se replicó con los otros dos y marcó el camino para los otros involucrados.
En las antípodas de ellos está Adrián Tenca, defensor del ex chofer y mano derecha de Néstor Kirchner, Rudy Ulloa. De estilo llamativo, Tenca es más conocido por su trabajo en casos policiales. En su recorrido profesional se acumulan las defensas de Jorge Mangeri, el encargado acusado del femicidio de Angeles Rawson, y de Fernando Farré, quien apuñaló brutalmente a su ex esposa, Claudia Schaefer. Allí, el defensor intentó convencer al jurado de que su defendido “no comprendió la criminalidad del acto”, pero no lo logró: fue condenado a perpetua.
El penalista Juan José Sforza, acostumbrado a recorrer los pasillos del edificio de Retiro, defiende a Manuel Santos Uribelarrea, otro de los empresarios involucrados. De buena reputación en el mundo penal, Sforza defendió a otros hombres alcanzados por escándalos de la corrupción kirchnerista, como el empresario ferroviario Claudio Cirigliano, acusado por la tragedia de Once y sus 52 víctimas.
Entre los defensores del caso también están Maximiliano Rusconi y Gabriel Palmeiro, quienes representan a Julio De Vido, y tienen en Py otro de los casos calientes para el kirchnerismo, como es el de la muerte del fiscal Alberto Nisman. Allí Palmeiro continuó el trabajo iniciado en enero de 2015 por Rusconi y defiende a Diego Lagomarsino.
Curiosamente, quien más defensas acumula en el caso de los cuadernos es el defensor oficial Gustavo Kollman. Con su despacho en el quinto piso, encima del de Bonadio, y en la punta opuesta al de Stornelli, Kollman defiende a Oscar Centeno, José López, y Juan Carlos Lascurain.