Al vicepresidente Amado Boudou lo persigue la mala fortuna: se separó de su novia, se mudó a un departamento más pequeño, lo acorralan las causas judiciales, el kirchnerismo duro lo aparta en la Casa Rosada y perdió, a manos de Axel Kicillof, su mote de “galán” K.
Pero el amor vence al odio, y el funcionario se repone a los reveses del destino. O así aparenta.
Acompañado de algunos colaboradores, entre los que se vio a Juan Horacio Zabaleta, participó de la fiesta anual de la Asociación del Personal Legislativo (APL).
Allí, compartió mesa con Zabaleta, secretario administrativo del Senado; el secretario parlamentario de la Cámara Alta, Juan Héctor Estrada; el titular de APL, Norberto Di Próspero, y el líder del sindicato de Peones de Taxis, Omar Viviani.
Sonrisas, dedos en V y abrazos con los asistentes fueron algunas de las constantes poses del hombre que se resiste a caer en desgracia.
