El “poroteo” del proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), más conocido como la legalización del aborto, quedó al rojo vivo en las últimas horas de discusión en el Senado ante algunas pistas que dieron legisladores que se encontraban indecisos y que ubicaron al sector verde más cerca de lograr los votos necesarios para su aprobación definitiva.
“Soy cautelosa con los votos para el 29. Estamos tratando de convencer con mucho respeto a los que piensan votar en contra” para que entiendan que “esto no es un asesinato ni Dios lo castiga, que es un derecho de las mujeres”, dijo la senadora Norma Durango, quien como titular de la Comisión Banca de la Mujer estuvo al frente del debate preliminar que comenzó el lunes y finalizó el jueves con la firma del dictamen.
Con 23 adhesiones, el dictamen no incorporó modificaciones respecto al proyecto que vino de la Cámara de Diputados, al que ya se le habían sumado cambios oportunamente vinculados a la objeción de conciencia de las instituciones y el manejo de los abortos en menores de edad.
Uno de los puntos salientes del dictamen tuvo que ver con el acompañamiento de parte de la rionegrina Silvina García Larraburu, del Frente de Todos, que en 2018 se había inclinado por la negativa. En aquel entonces, la senadora integraba el bloque cristinista de Unidad Ciudadana y se diferenció de la mayoría de sus colegas con el pretexto de que “el peronismo no es abortista”. Sin embargo, el entusiasmo que le imprimió el oficialismo en las últimas semanas para llevarse un triunfo, inmerso en varios frentes de conflicto de los que no puede salir, pareció convencer a García Larraburu de rever su posición.
Las miradas también se posicionaron sobre el entrerriano Edgardo Kueider, uno de los que permanecía indeciso y que decidió firmar el dictamen aunque con disidencias al igual que Ernesto Martínez, el referente del PRO de Córdoba que propuso modificaciones al texto que por el momento no fueron tenidas en cuenta.
De la vereda contraria, el senador Juan Carlos Marino uno de los que las militantes a favor del aborto legal confiaban en poder convencer, sostenidas por la presión que su propia hija menor Alfonsina estuvo realizando en las últimas semanas, finalmente confirmó que mantendrá el voto en contra de hace dos años.
Si se tienen en cuenta los votos previos sumado a las manifestaciones durante la discusión por el dictamen, el voto a favor estaría en 36 voluntades contra 34 de quienes lo rechazan y la duda sobre la posición de Lucila Crexell, que se suma a la ausencia de José Alperovich por licencia.
Pero a último momento se especula con una revisión de la postura del catamarqueño Oscar Castillo, que votó a favor la vez anterior por un pedido de una de sus hijas pero que ahora habló del “oportunismo” del texto enviado por el Poder Ejecutivo y podría pasar al sector celeste o abstenerse.
La sesión del 29 de diciembre tendrá una novedad vinculada a la participación presencial de los senadores, luego de la reticencia que mostró la vicepresidenta Cristina Kirchner a limitar el manejo remoto de las sesiones. En la última sesión del año, todos los legisladores que quieran podrán seguir la reunión desde sus despachos y a través de un sistema rotativo podrán hacerse presentes al momento de sus discursos, una alternativa que había sido pedida en varias oportunidades por Juntos por el Cambio.
DM/MC