Adriana Cruz (42) vio la foto en el celular y enfureció. Era su ex marido Carlos Vázquez, contador y “cerebro” de la empresa Covelia, y su nueva pareja, una mujer de 34 años. Envuelta en cólera, rompió con un martillo el aparato y quemó la tarjeta de memoria. Así comienza el estremecedor relato de F., la hija mayor de la pareja, testigo clave de los momentos previos al fatal desenlace que terminó con el asesinato de su hermano Martín de 6 años, en manos de su madre, en el jacuzzi del baño de la casa del country San Eliseo.
Según relató la joven a los investigadores del caso, la noche anterior al crimen ella y su hermano estaban viendo televisión en el cuarto de su mamá, en la planta alta. Cruz apareció de golpe y la mandó a dormir a F. a su cuarto. La adolescente escuchó llenar el jacuzzi. “Pensé que era un capricho de Martín”, dijo. La pared de su habitación da justo a ese baño. Al otro día, cuando se levantó para ir al colegio, golpeó la puerta y su madre no respondió. Por eso, llamó a su padre y a una vecina. La empleada doméstica fue quien dio aviso al personal de vigilancia del country, quien llegó y encontró al chico en la bañera.
“F. te amaré forever. Disfrutá tu vida”, le dejó escrito Cruz a su hija en el espejo del baño. El matrimonio tenía tres hijos: Martín (6) y dos mujeres, F., de 15 y C., de 14. Según relató la misma adolescente en su declaración, eran comunes las crisis de nervios de su madre y la destrucción de objetos. Cruz había intentado matarlos a fines de febrero. La chica contó que les dio pastillas para dormir, pero ellos no llegaron a tomarlas. Hasta había colgado una soga en una viga del techo. Según explicó la menor, esa noche durmieron con ella Martín y C. A las 6 de la mañana Cruz se despertó, le dijo a C. que iba a matarlos y forcejearon. Fue luego de ese hecho que Vázquez hizo la denuncia por violencia familiar en la Comisaría de la Mujer, ubicada en Presidente Perón.
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