Se había tomado un día cuasi vacacional: tenis, fútbol y almuerzo familiar en su “lugar en el mundo”, su quinta Los Abrojos, en Malvinas Argentinas. Sin embargo, para Mauricio Macri se trató del día más importante de su carrera política.
Tras pasar un fin de semana rodeado de ex jugadores de Boca (Martín Palermo, el sábado, y Rodolfo Arruabarrena, el DT de Boca, ayer en el picadito), el mediodía ya lo tomó con chats permanentes a sus colaboradores sobre las primeras bocas de urna.
Entre juegos con su hija Antonia, y charlas con Elisa Carrió, Macri intentó moligerar la ansiedad. Algo de lectura de diarios, charlas sobre el futuro de Boca y amigos lo distrajeron hasta entrada la tarde.
Llegó al búnker de Costa Salguero, en Palermo, pasadas las 19, cuando los resultados parecían consolidarse a su favor. Ingresó en el VIP sigilosamente y se quedó charlando con sus asesores mientras llegaban las primeras mesas testigo. “Mauricio estamos ganando en la Provincia”, le decía uno de sus asesores, entusiasmado. Sin embargo el margen no daba para mostrar euforia.
Macri esperó a que Scioli anuncie que aceptaba su derrota para salir a festejar. Antes, recibió los dos llamados de rigor: Cristina Kirchner y Daniel Scioli, ambos felicitándolo. El primer llamado fue inesperado para los asesores del PRO. Ambos fueron diálogos cortos. Macri volvió a tratarla de “doctora” y de “Daniel”.
Pizzas, empanadas y cero alcohol para el VIP. Afuera, la militancia cantaba las canciones de rock nacional y el clásico “se siente, se siente Mauricio presidente”.
“Ahora viene lo más difícil: negociar con el PJ”, destacaba uno de los diputados. Había alegría pero no desbordante. Es que muchos de los funcionarios parecía que aún no habían caído: desde diciembre se harán cargo de las tres administraciones más importantes del país.
¿A quién le dedicó el triunfo?
Para todos los funcionarios es “Anita”. Lo trata de “ingeniero” y lo acompaña desde el primer día como jefe de Gobierno porteño pero, en rigor, lo conoce desde los cinco años.
Ana Moschini es la secretaria histórica de Mauricio Macri. Ayer, el presidente electo le dedicó su triunfo y la llevó, por primera vez, al búnker. Emocionada, lo abrazó.
Septagenaria, “Anita” fue secretaria de Franco, en los noventa, cuando el patriarca manejaba SOCMA. Luego, en 2007, Mauricio Macri se la llevó con él.
Cuentan en el PRO que, a pesar de su edad, “Anita” llega al mediodía pero no se va antes de las 21 de la jefatura de Gobierno. “Es un ave de presa”, confiesa uno de los funcionarios porteños. Y poné como ejemplo que la secretaria es capaz de llamar en innumerables oportunidades cuando agenda una cita para saber el temario y con quiénes se reunirá “el ingeniero”.