POLITICA
diferencias y similitudes con maria julia

Dos íconos de la corrupción, en la misma vereda

Tanto Jaime como la ex secretaria de Medio Ambiente de Carlos Menem se convirtieron en los funcionarios más investigados por la Justicia. A él ya lo llaman “el María Julia del kirchnerismo”. Ella sí fue presa.

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A Ricardo Jaime se lo empezó a llamar “el María Julia del kirchnerismo”. Muchas cosas los asemejan: fueron funcionarios emblemas de cada administración en la que se desempeñaron, paradigmas de la corrupción y con un largo prontuario de causas judiciales.

Pero entre María Julia Alsogaray, ex polifuncionaria del menemismo, y Jaime, ex secretario de Transporte de los Kirchner, hay varias diferencias en el plano judicial.
Alsogaray ya pasó por tres juicios orales –en dos fue condenada– y tiene pendientes otros seis. En su caso, fue enviada a esa instancia una década después de ocurridos los hechos que se produjeron hace veinte años, beneficiada por una larga instrucción de las causas.

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Con Jaime la Justicia fue más rápida. Fue enviado a juicio en cuatro causas mientras seguía en el poder el Gobierno que lo tuvo como funcionario, uno de los cuales empezará en Córdoba el 30 de julio por tentativa de sustracción de prueba durante un allanamiento, mientras que los otros tres se sustancian con rapidez.

El paso del tiempo logró que algunas de las imputaciones contra Alsogaray cayeran. En abril pasado el Tribunal Oral Federal 6 la absolvió por prescripción en una imputación por presuntos hechos de corrupción en 1996 durante su gestión en la Secretaría de Recursos Naturales.

La estrategia de la ex funcionaria es atacar la vigencia de todas sus causas. Por eso, en los tribunales apuntan siempre a llevar a juicio las causas que peligran. En el caso de Jaime si no hay dilaciones de parte de los tribunales eso no debería ocurrir.

Contra Alsogaray las causas son por presuntos hechos de corrupción, bajo la acusación de distintos delitos que pueden incluir esa figura. Contra Jaime, dos de las cuatro causas en las que fue enviado a juicio, también. Son por dádivas, una suerte de coima en especies, que recibió de empresarios del sector transportista al que debía controlar y que les pagaban pasajes de avión y los alquileres de dos departamentos de lujo en los que vivió.

Pero Jaime también está acusado por la tragedia ferroviaria de Once en la que se le imputa administración fraudulenta pero también estrago doloso por las 52 muertes y los más de 800 heridos que dejó el hecho. Además del juicio por el intento de robo de prueba.

También los diferencia la cárcel. María Julia estuvo presa desde agosto de 2003, por orden del juez Rodolfo Canicoba Corral, y fue excarcelada en mayo de 2005. Jaime, todavía no. Entre ayer y el jueves fueron revocados los pedidos de detención que pesaban sobre él.

La edad de cada uno podría ser una diferencia frente a la prisión. María Julia tiene 70 años y a partir de esa edad puede pedir el arresto domiciliario, lo que es facultativo de cada juez otorgarlo o no.

La defensa de la ex funcionaria podría solicitar ese beneficio si queda firme la condena a cuatro años de prisión que le dictó hace un mes el Tribunal Oral Federal 6 por contratar pasantes para la Secretaría de Recursos Naturales pero que nunca cumplieron funciones.

A Jaime la posibilidad del arresto domiciliario por la edad le queda lejos: tiene 58 años.

A ambos ex funcionarios los une el enriquecimiento ilícito: Alsogaray fue condenada en 2004 por ese delito a tres años y debió rematar su petit hotel de Recoleta para devolver 622 mil pesos y 550 mil dólares; Jaime transita una imputación con un pedido de indagatoria del fiscal Carlos Rívolo por no poder justificar 12 millones de pesos que se le adjudica a sus familiares.

“A veces sí me sentí un chivo expiatorio del menemismo”, dijo Alsogaray en abril pasado después de ser sobreseída por prescripción.
Por ahora, sólo Jaime sabe si también siente lo mismo.