El ala política del Gobierno busca rearmarse. Tras un cierre de listas poco favorable, el candidato a vicepresidente, Miguel Pichetto, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, comenzaron a trabajar en la campaña nacional y en el futuro del armado que sustentará al presidente Mauricio Macri si es que logra ser reelecto.
“La convocatoria a Pichetto y a Lousteau al espacio fue música para los oídos del mercado, es el camino a seguir”, analizan. La “amplitud” en nombres propios.
El senador peronista, quien suele llamar casi diez veces por día a Frigerio, trabaja con el ministro del Interior en varios frentes a la vez. “Rogelio es el traductor del pichettismo al macrismo”, lo resumen en Casa Rosada.
Ambos viajaron a La Rioja la semana pasada y los espera una agenda nutrida en las próximas semanas: mañana a la tarde partirán a Salta –el lunes podrían encontrarse con el gobernador Juan Manuel Urtubey–. La semana que viene seguirán por San Juan y Río Negro. También están en agenda Entre Ríos, Tucumán y Chaco.
La reconfiguración del ala política tiene en Larreta uno de sus jugadores centrales. Fue además quien decidió ampliar en la Ciudad cuando incorporó a Martín Lousteau como candidato a senador. El economista radical, además, es amigo de Frigerio y ayer almorzaron a solas en Osaka, en Puerto Madero, para dialogar del armado político electoral. El ministro siempre lo quiso adentro del oficialismo.
Afuera quedó Emilio Monzó, el titular de la Cámara de Diputados, quien terminó de concretar su salida tras el cierre de listas, donde María Eugenia Vidal le ofreció un magro lugar en la boleta provincial. Monzó no quiere dejar la presidencia de la Cámara baja de manera anticipada para no ser comparado con Chacho Alvarez, pero ya se siente afuera del oficialismo.
En cuanto al armado político que sustente al Presidente, la nueva mesa política trabaja en tres ámbitos concretos.
En primer lugar, en lo electoral, trabajaron con un grupo de gobernadores para que lleven boleta corta (Misiones, Córdoba, Río Negro, Neuquén y Tierra del Fuego) y con aquellos que –creen en el oficialismo– jugarán a “media máquina” con el kirchnerismo, como el santafesino Omar Perotti (quien el miércoles se fundió en un abrazo con Pichetto en el Senado pero después también se mostró con Alberto Fernández).
El segundo eje tiene que ver, justamente, con la Cámara alta, el ámbito natural del candidato a vice. Junto a Frigerio trabajan para sumar, en silencio, senadores para intentar alcanzar una mayoría propia de 37 voluntades para 2020. Las leyes que requiere el Ejecutivo, desde la reforma laboral hasta la previsional, requerirán de un Congreso en movimiento.
El tercer eje tiene como epicentro el futuro: el gabinete que podría tener Macri si logra la reelección. Una de las ideas que tienen es que un gobernador, o delegados de mandatarios provinciales, tengan un lugar en el staff oficial.