Los 10 mil pesos extra del bono para jubilados anunciado por el ministro Sergio Massa alcanzarán para comprar, si los precios no aumentan para septiembre, un cuarto kilo de pan por día. Con una inflación de entre el 10% y el 13% calculada por las consultoras privadas para agosto, y proyecciones de que durante septiembre la suba de precios volvería a alcanzar los dos dígitos, la batería de medidas del titular de la cartera económica queda muy por detrás de las necesidades de los beneficiarios.
“El 10 de agosto Massa anunció el 23,9% de aumento para jubilados y el bono de 27 mil pesos. El 14, después de la devaluación del 22%, ese aumento, que todavía no se cobra, ya no existía”, aseguró a PERFIL Eugenio Semino, defensor de la Tercera Edad. “Por eso aparecieron estos 10 mil pesos extra, que son una cortina de humo, porque son 300 pesos por día para septiembre, octubre y noviembre”, agregó.
Con esa suma, a precios de hoy, se podría comprar un cuarto kilo de papas, dos yogures firmes o 100 gramos de un corte económico de carne, como el osobuco. En un mes, esos 10 mil pesos alcanzarían en total para 2 kilos de papas, 1 kilo de carne picada, 2 litros de leche, 2 kilos de pan y 2 kilos de azúcar, según el relevamiento que hizo PERFIL.
Se trata del mismo monto que se aumentará para quienes tienen un solo hijo y cobren la Tarjeta Alimentar, un complemento de la Asignación Universal por Hijo (AUH). En este caso, recibirán esa suma en dos cuotas de $ 5 mil en septiembre y octubre. Según un estudio de la consultora Analytica, la Asignación Universal por Hijo (AUH) cubre solamente el 26% de la canasta básica de un hogar. Con los anuncios de esta semana, las familias que perciban asignación y Tarjeta Alimentar cobrarán $ 53.911. Para junio, según el Indec, la canasta de crianza de la primera infancia, la niñez y la adolescencia fue de $ 142.033 para un niño de entre 6 y 12 años.
Según algunas consultoras privadas, como C&T y Ecolatina, los alimentos se ubicaron por encima de la inflación general en agosto, en una cifra que ronda el 14% para ese mes.
En este contexto, la suma fija anunciada por Massa para trabajadores del Estado nacional, algunas empresas privadas y las provincias que se adhirieron será de $30 mil por mes, y agregará, durante septiembre y octubre, $ 1.000 más por día a los bolsillos de las familias que lo perciban. Con eso, se podrían agregar media docena de huevos y un litro de leche a la canasta familiar.
“En lo que va del mes algunos precios aumentaron el 30%”, agregó Fernando Savore, presidente de la Federación de Almaceneros de la provincia de Buenos Aires (FABA). El sector tiene que abonar, en caso de tener empleados, los $ 60 mil anunciados por el Gobierno, y en un contexto de disminución de la actividad. “La semana pasada las ventas cayeron, primero por los aumentos de precios y segundo por miedo a los robos o saqueos, había días que a las tres de la tarde parecía un domingo”, señaló Savore.
Y agregó: “Entendemos lo que les ocurre a los empleados porque el sueldo perdió el 20% del valor y hay que recuperarlo, pero con 30 mil pesos tampoco se recupera”.
Eugenio Marí, economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso, destacó que “no hay stocks para financiar este ‘plan platita’”, una situación que podría “presionar aún más la emisión monetaria o el endeudamiento del BCRA y aumentar la fragilidad patrimonial”.
El haber mínimo pasará a 124 mil pesos y no cubre los gastos de alquiler y comida
Savore descartó que, por ahora, el pago de bonos que tendrán que enfrentar las empresas o comercios se traslade a precios. “Están demasiado caros ya”, comentó. “Seguramente los colegas que tengan empleados se atrasarán en el pago de los impuestos para poder pagar esto”.
Para los trabajadores en relación de dependencia, Massa anunció además que se ofrecerán préstamos a tasa subsidiada de hasta 400 mil pesos, un monto que podría servir a los miles de inquilinos que tienen que firmar un contrato de alquiler nuevo y deben pagar el mes de depósito y el de adelanto. En septiembre, quienes tengan que enfrentar un ajuste anual enfrentarán un incremento del 112,5%, y, según consultoras privadas, la media del alquiler de un departamento de dos ambientes es de $ 170 mil.
Desde la Federación Nacional de Inquilinos explicaron a PERFIL que “la situación es gravísima, de un incumplimiento total de la ley, se quitaron las viviendas del mercado, se dolarizaron los alquileres, y todo esto sucede porque el Estado se ha retirado completamente de su función, que es velar por el cumplimiento de las leyes”.
La canasta de un jubilado, que contempla un mínimo alquiler, era, en abril de este año, de $ 202 mil. “Si la actualizamos al índice de inflación del día de hoy, está en $ 248 mil, y si cargamos el mes de agosto suponiendo que la inflación sea del 10% para el 1° de septiembre, que es cuando se empieza a cobrar el bono, sería de $ 270 mil”, explicó Semino. Con el bono de $ 37 mil la jubilación mínima pasará a ser de $ 124 mil, menos de la mitad de lo que se necesita para subsistir. En tanto, un haber medio sería de $ 220 mil. Así, “el 90% de los jubilados, aun no ganando la mínima, no alcanzará a cubrir su canasta de necesidades básicas”, sintetizó.
Medidas
◆ Massa anunció una suma fija de 60 mil pesos en dos pagos a abonar a trabajadores.
◆ Desde septiembre y hasta noviembre, quienes perciban la jubilación mínima tendrán un plus de 37 mil pesos.
◆ Del 50% es el crédito que se otorgará con PreViaje 5, para compras realizadas hasta el 7 de septiembre.
◆ El refuerzo que cobrarán los beneficiarios de la Tarjeta Alimentar que tengan un hijo será de 10 mil pesos.
◆ 400 mil pesos será el monto máximo para créditos a trabajadores que se podrán pagar en 48 cuotas.
Los salarios pierden diez a cero
El poder adquisitivo de los salarios perdió 10 puntos en el último año frente a la suba de artículos de consumo masivo y servicios.
Según el Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (Cifra), la inflación de la canasta básica acumula un 123% anual mientras que los sueldos subieron un 113,4%.
Estas diferencias muestran el deterioro del poder de compra y se repitieron en todas las ramas salariales, incluso en el sector público, que tuvo un ajuste anual del 121,4% y se ubicó 1,6 puntos por debajo de la canasta.
Así, el poder adquisitivo del salario mínimo, vital y móvil mantuvo una tendencia negativa desde 2012.
Los trabajadores más perjudicados fueron los informales, con una caída promedio del 1,1% real mensual, en contraste con los trabajadores registrados, que presentan una caída real del 0,2%.
