Martes 17 de febrero. Feriado de carnaval. Mientras la mayoría de la gente tomaba un descanso de fin de semana largo, un mes después de la conmocionante noticia de la muerte del fiscal Alberto Nisman, Antonio Horacio "Jaime" Stiuso atravesaba la desierta ciudad de Buenos Aires. Iba acompañado de a su abogado, Santiago Blanco Bermúdez. Juntos, llegaron a la calle Paraguay al 1536, según informó La Nación. Ingresaron al edificio y subieron hasta el quinto piso, donde se encuentra la fiscalía de Marcelo Roma. Ahí, quedó frente a frente con la fiscal Viviana Fein y su secretario.
Lo que declaró ese día el exespía de la SIDE, uno de los hombres más buscados y peligrosos del país, es conocido. Contó que la última vez que habló con Nisman fue en diciembre, y que poco antes de morir el fiscal habló con su mano derecha en Inteligencia, Alberto Massino (quien sería citado a declarar).
El exagente de la SI admitió un diálogo más reciente con la ex mujer del fiscal fallecido, la jueza Sandra Arroyo Salgado. Dijo que la llamó y ella le respondió. ¿Porqué la llamó? Según el exespía, había sido una llamada social, para darle las condolencias.
Por último, negó conocer a Diego Lagomarsino y aseguró que no trabajó en la denuncia contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
¿Qué pasó una vez que Fein le tomó declaración? Según Página/12 cruzó a Uruguay por el paso fronterizo de Colón, Entre Ríos, por tierra, aunque nadie sabe si este fue su último destino.
Estas idas y vueltas se convirtieron en un clásico en los últimos meses de la vida del ahora enemigo número 1 de los K. La primera vez que Fein quiso llamarlo a declarar no lo encontró en su domicilio. Tampoco se sabía si estaba en el país. Sin dejar rastros ante cada movimiento, decidió presentarse como testigo. Hoy, es otra vez una incógnita su paradero. Claro, no está imputado en la causa.
Perfil.com se comunicó con su abogado pero éste no respodió a los llamados. Desde la fiscalía de Roma no quisieron confirmar la información.