Si en los primeros días del conflicto del campo nadie imaginaba que la situación podía ser tan extensa y crítica, a 84 días de su inicio lo único certero es que no se visualiza una solución rápida. Esta sensación ya se ha instalado en las concesionarias agrícolas, donde los balances hablan por si solos: pérdidas, caídas, ventas congeladas y máquinas paradas en los garages.
En Pergamino, provincia de Buenos Aires, la situación no es alentadora. “El impacto del conflicto es importante, por supuesto hay consultas, pero todos están esperando que defina esta historia”, afirmó a Perfil.com Marcos Ruiz de la concesionaria Pedro A. Di Camillo S.A, con sedes también en Lincoln y Junín, quien aseguró que tienen “varios negocios frenados y en lo que va de mayo y junio se han concretado dos o tres operaciones, cuando lo normal es que 15”.
Ruiz aseguró que por ahora no hay inconvenientes en cuanto al tema del personal, pero no descartó que “pueda llegar a haber”, si el conflicto no se soluciona en “forma positiva”, es decir “bajando las retenciones”, opinó. “Nosotros necesitamos tomar personal, pero no lo vamos a hacer hasta que se regularice la situación, estamos en un período de transición”, remarcó.
Esta mañana, el titular del Sindicato de Empleados de Comercio, Armando Cavalieri, sostuvo que en el interior del país, las ventas del sector que representa "bajaron casi 40 por ciento" como consecuencia del prolongado conflicto entre el Gobierno y los productores rurales e instó al diálogo y la cordura.
La situación de la industria de la maquinaria agrícola ha virado visiblemente. Si en una primera instancia, los productores se quejaban de la falta de apoyo del sector en la medida de fuerza, hoy son aliados inseparables, ya que los vestigios de la crisis han comenzado a magullar las ventas. Según expresó Hugo Giorgi, de Cosechadoras Giorgi, al portal Infocampo, registan caídas del 100%. “Hasta hace unos meses atrás vendíamos 10 máquinas y hoy no vendemos ninguna”, se lamentó el titular de la empresa que tiene representación en Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe, Chaco, Córdoba, Tucumán, Santiago del Estero, Salta y San Luis.
Si bien la crisis del sector no afecta a quienes producen maquinarias e insumos para cosechas que no son trigo, soja y girasol, la solidaridad es unánime: “La gente ha frenado la compra o está a la expectativa. Nosotros estamos de acuerdo con el paro”, afirmaron desde la fábrica de maquinaria agrícola Balthom.
Allí, aseguraron a Perfil.com que están trabajando bien, ya que la situación no los toca porque producen para el mercado de hortalizas, pero reconocieron que no saben cómo continuará el tema “si esto se sigue agravando”. Eso sí, el temor no es una palabra que entre en su vocabulario: “esto tiene que explotar de una buena vez”, sentenciaron.
