Con el ministro de Economía, Martín Guzmán, de gira por Europa junto al presidente Alberto Fernández, el Congreso aprovechó esta semana para dar señales que van a contramano del rumbo que pretende tomar el titular de Hacienda para los próximos meses.
Luego del affaire por las tarifas con el subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, quien fue ratificado en su cargo, las dos principales figuras del oficialismo en la Cámara de Diputados, Sergio Massa y Máximo Kirchner, presentaron el jueves un proyecto que sirvió para caldear aún más el vínculo con el ministro de Economía.
La iniciativa propone crear “zonas frías” en distintos puntos del país que no pertenecen a la Patagonia para encarar una disminución del 30% al 50% sobre las facturas de gas de usuarios residenciales.
En la práctica significa menor recaudación, tal como sucedió con el proyecto de Impuesto a las Ganancias a las empresas que Guzmán debió modificar a pedido de los bloques parlamentarios para beneficiar a las Pymes pero que no termina de compensar los beneficios que fueron otorgados a los trabajadores con la rebaja de Ganancias.
“Tenemos la responsabilidad en el Congreso de trabajar en esta iniciativa para recuperar el poder de compra de nuestra clase media. Vamos a poner todo nuestro compromiso para que lo más pronto posible la gente en lugar de sufrir con las facturas de invierno, puede sentir un alivio”, fue el argumento de Massa, que incluso logró sumar aliados para la foto como los diputados de Consenso Federal Alejandro “Topo” Rodríguez y de Unidad para el Desarrollo José Luis Ramón.
Sin embargo, desde comienzos de año el ministro Guzmán viene pugnando por un incremento en las tarifas para compensar al menos una parte del rojo fiscal pero no encuentra mayor respaldo dentro del oficialismo, sobre todo del ala dura que comanda la vicepresidenta Cristina Kirchner.
¿Cómo tomar una medida antipática si ni siquiera recibe el aval de los propios? La proximidad de la campaña electoral es una de las explicaciones que le asignan desde el oficialismo a la estrategia parlamentaria que va en sintonía con la adopción de políticas para recuperar el poder de compra afectados por la pandemia, aún cuando estén complicados los números para 2021. En la oposición, en tanto, van un paso más y consideran que con esta movida “están forzando la renuncia de Guzmán”, comentó a PERFIL un referente de Juntos por el Cambio en el Senado. En este aspecto la estrategia de la oposición es clara: dejar que el Frente de Todos deje expuestas sus diferencias y capitalizar cualquier enfrentamiento en la vereda contraria.
Desde la Casa Rosada ampliaron el alcance político del proyecto de ley y remarcaron que “se impulsa desde el Gobierno y tiene el apoyo de todo el Frente de Todos. Se viene discutiendo desde hace meses”, dijeron en el despacho de uno de los principales funcionarios que se quedó en Buenos Aires mientras Alberto Fernández culmina su gira por Europa.
Guzmán también se encuentra enfocado en la negociación con el FMI y el Club de París para lograr un aplazamiento de los vencimientos del corriente año pero el Senado también parece que se la quiere complicar. Es así como el jueves se aprobó un proyecto de resolución, con Oscar Parrilli a la cabeza, para “sugerirle” al ministro que utilice los próximos envíos de dólares del organismo crediticio para solventar los gastos de la pandemia y no para pagar intereses y capital de la deuda (ver aparte).