El Gobierno está preocupado por la economía del próximo semestre. Sobre todo, teniendo en cuenta que se trata de la antesala de un año electoral. Las variables económicas no son en este momento favorables para el país: la estrategia será mantener a raya la conflictividad social y tratar de preservar el empleo a toda costa.
La primera medida del Ejecutivo que conduce Cristina Kirchner será retomar el control de la calle, con un marco legal para no “contradecir” el relato. Más aún teniendo en cuenta que generaron impacto los desalojos de los cortes de calle llevados adelante por el secretario de Seguridad, Sergio Berni. El Gobierno fue castigado, incluso, con críticas de organismos afines como el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). En el Congreso hay varios proyectos en danza que se unificarían para lograr un espacio de convivencia ciudadana. El kirchnerismo se mostró dispuesto a quitar la calificación de protesta legal o ilegal a cambio de que los manifestantes liberen carriles para que los automovilistas puedan circular. El control de la calle significa también evitar mostrar un país que está en crisis.
El mayor conflicto lo tiene hoy con la industria automotriz. Una fuente del Gobierno dijo a PERFIL que se va a seguir convocando a las empresas para que las suspensiones no se conviertan en despidos, o para obligarlas a reincorporar trabajadores –como ya sucedió– en el caso de que los despidos estén consumados.
“La industria automotriz tiene capacidad de recuperarse. Si le dan 3 o 4 mil millones de dólares y le permiten importar insumos, el empleo se recupera enseguida”, explicó una fuente del Ministerio de Economía.
Hay otras variables que preocupan al Gobierno. Brasil, en mayo, decidió comprarle trigo a Estados Unidos, cuando antaño el mayor proveedor de granos de Dilma Rousseff era la Argentina. “Hay que ver qué pasa también con el precio de la soja, que está cayendo. Eso puede afectar seriamente las reservas”, indicó la misma fuente.
Para funcionarios del gabinete, el oficialismo va a arreglar con los fondos buitre. Aunque explicaron que el fallo del juez Thomas Griesa “lastimó” el relato, ya que obliga a la Argentina a pagarles a los que no entraron en el canje. Es por eso que aquí, en nuestro país, mientras se dialoga con los fondos, se mantiene la prédica antibuitres.
“Cerramos con el Club de París, con el Ciadi, con Repsol, contrayendo una deuda muy superior a los 20 mil millones de dólares. Pero la idea es seguir haciendo esto manteniendo el relato progresista intacto, para contener a los fieles del modelo”, indicó una fuente de la Casa Rosada.
Para esa misma fuente, el calentamiento de la economía, el Gobierno se lo va a reservar para 2015. “Como dice Maquiavelo, lo malo hay que hacerlo todo junto (por el ajuste) y lo bueno, despacito”, graficó la fuente en diálogo con este diario. En ese sentido, explicó que el Ejecutivo apostará a cerrar las paritarias antes de lo previsto y sin pagos diferidos, de manera tal que antes de votar la gente tenga plata en el bolsillo para volcarla al consumo.