Se llamaba Francesco Raul Macri, pero para todos siempre fue Franco. Y desde hace unos años era simplemente “el padre del Presidente”. Todopoderoso en los ’90, cuando se convirtió en un ícono del éxito empresario y sus negocios llegaron a casi todos los ámbitos, el patriarca de los Macri falleció este sábado en su casa de barrio Parque. Tenía 88 años (había nacido en Roma en abril de 1930), y su salud desde hacía tiempo se había ido complicando, al punto que los forenses que fueron a revisarlo ante su ausencia en una de las citaciones de los Cuadernos dejaron en el escritorio del juz Claudio Bonadio un informe lapidario: “Ya no tiene capacidad de comprensión como para afrontar una indagatoria”.
Nacido en Roma en una familia de ocho hermanos, Franco y su Grupo Socma se habían reducido progresivamente en los últimos años, pero la constructora Sideco, Sevel (que en su momento llegó a fabricar los vehiculos de líneas Fiat y Peugeot), la recolección de residuos con Manliba, además de múltiples negocios internacionales, fueron actores principales de la economía argentina durante décadas.
Franco Macri estuvo casado con Alicia Blanco Villegas, luego con Cristina y tuvo seis hijos: Mauricio, Alejandra, Gianfranco, Mariano y Florencia. Su hija Sandra había muerto en 2014. Con Socma llegó a administrar el Correo Argentino hasta el año 2003, contrato que dejaría sin efecto Néstor Kirchner y cuya gestión marcaría para los Macri serios problemas judiciales que todavía no han terminado.
En los últimos años los negocios del patriarca de los Macri se habían focalizado en el mercado chino, con múltiples negocios en varios rubros de los que se fue alejando de manera progresiva cuando su salud empezó a flaquear.
“Lo único que no quiero es ser una carga para mis hijos”, le había dicho a un amigo no hace mucho, y los últimos meses fueron muy duros, ya que la rutina del empresario se redujo su dormitorio Barrio Parque, donde Mauricio lo visitaba todos los martes al atardecer.
Estuvo internado en el Hospital Italiano y, tras volver a su casa, el deterioro comenzó a notarse con mayor visibilidad. Dejó de reconocer a algunas personas y a olvidarse de cosas, hasta que llegó su hora este sábado. El Presidente había viajado con su familia a San Martín de los Andes por el fin de semana largo.
