POLITICA
Luz, cmara, corrupcin?

El enriquecimiento del hombre que manejó el cine

Jorge Coscia, de presidente del INCAA a diputado. Entró a la función pública sin bienes y hoy tiene una 4 x 4, un auto, una propiedad en Pinamar y una casa en la Capital. Más información en Edición Impresa

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No le agradaba el ladrillo a la vista. Al punto que los albañiles se tomaron todo el tiempo necesario, que fueron muchos meses, para dejarla hecha una pinturita, por dentro y por fuera: ahora luce blanca y radiante. Nadie podría imaginar que semejante casa pertenece a una persona que desde hace años es funcionario público, de ingresos moderados. O no tanto.

Jorge Edmundo Coscia es todo un personaje, pero de la vida real. Director de películas poco rescatadas por la crítica y el público, como Mirtha, de Liniers a Estambul y Luca Vive, fue durante cuatro años el encargado de llevar los destinos del poderoso Instituto Nacional de Cinematografía y Artes Visuales (INCAA). ¿De dónde viene tamaño poder? Del vil dinero: nadie puede filmar en la Argentina sin los créditos o subsidios del Instituto.

El INCAA depende formalmente de la Secretaría de Cultura de la Nación. Fue el entonces secretario de Cultura de Eduardo Duhalde, el actor Rubén Stella, el que en marzo de 2002 ungió a Coscia. Ese mismo año, el Instituto conseguía autarquía administrativa y financiera. En buen criollo: comenzaba a manejar su propio presupuesto. Y Coscia lo manejó muy bien, al punto que sobrevivió a Stella y a Duhalde para abrazar el kirchnerismo.

Los fondos de los que dispuso mantuvieron una tendencia al alza. Primero, fueron unos tímidos $ 40 millones. Que después pasaron a ser 50. Que después pasaron a ser 65. Y terminaron siendo $ 86 millones en 2005.

Más información en la Edición Impresa.