POLITICA
Revelaciones

El ex secretario privado de Néstor revela sus facetas íntimas

Walter Abarca trabajó a su lado durante la gestión del patagónico. El trato con el FMI, la forma de gobernar y los picados de fútbol. Porqué hacía enojar a Aníbal F.

Walter Abarca junto a Néstor Kirchner. En los picados de fútbol compartían la defensa.
| Revista Zoom.

Walter Abarca conoció a Néstor Kirchner en el 2000 y fue su secretario privado durante toda la gestión del santacruceño. Con él compartió todos los días durante cuatro años. En una entrevista con la revista Zoom, contó anécdotas del ex presidente hasta ahora desconocidas. Desde su trato con Ane Krueguer cuando esta comandaba el FMI, hasta los picados de fútbol casi todos los viernes donde compartía la defensa con Néstor K y no dudaba en "darle para que tenga" a Aníbal Fernández que era el delantero contrario.

El primer encuentro con el patagónico fue en La Plata: "Nos reunimos por la tarde 20 ó 30 jóvenes con él. Habíamos armado una mesa con sillas y le habíamos dejado la cabecera. Y él llegó y dijo 'no, che, hagamos algo en circulo así charlamos mejor'. En esa reunión estaban junto a él Francisco 'Paco' Larcher (el dos de la SIDE) y Pepe Salvini (amigo suyo desde el jardín), que lo acompañaron siempre en Santa Cruz, y ellos cuando terminó la reunión fueron los que se encargaron de recolectar todos nuestros teléfonos para quedar en contacto"

En el poder. Kirchner llegó a la Casa Rosada con una imagen nacional poco conocida. Sin embargo, para Abarca "tenía un programa de gobierno y sabía muy bien las medidas que tenía que tomar (...) cuáles eran los factores de poder instaurados en el país y con quiénes tenía que hacer pactos coyunturales para poder establecerse y luego dar el cambio. Por eso arregla con Duhalde"

La forma de gobernar de Kirchner y la necesidad de despegarse del menemismo, se notaron desde el principio: "El primer año de gobierno, la gente de ceremonial, que continuaba desde el menemismo, organizó una fiesta en un crucero y nos invitaron a todos nosotros. Bien menemista el estilo de fiesta. Y salió en el diario Ámbito Financiero. Entonces nos llamó y nos preguntó quién lo organizaba. Ni idea, le dijimos, simplemente nos invitaron. 'Ninguno va a una fiesta así, estamos sacando al país del infierno y organizan una fiesta en un crucero. Mientras yo sea presidente esto no sucede más'"

FMI
. Abarca, que luego fue secretario privado de la Presidenta Cristina Kirchner hasta que a mediados de 2009 fue nombrado Subsecretario de Relaciones Institucionales de la Jefatura de Gabinete de Ministros, contó como era el trato con el FMI: "Lo llamaban en nombre de Anne O. Krueger y él decía 'decile que no estoy'. Así diez veces, hasta que un día atiendo el teléfono y era la mismísima Krueger que quería hablar con Kirchner. Entonces, yo entré al despacho, y con una cara pálida de nervios le dije “Doctor, Anne Krueger al teléfono”. Él me miró como diciendo qué me importa. Entonces le dije que era como la décima vez que llamaba y por el tono de voz no está nada contenta. 'Decile que no estoy, a mí el único que me puede apretar es el pueblo', me dijo"

Futbolero.
Los picados de fútbol de los viernes eran una fija para Kirchner y los más cercanos de su gobierno. Abarca contó que Néstor jugaba de defensor, aunque a veces también lo hacía de delantero. Reconoció que el ex presidente "era medio maleta" y que "era un espacio de dispersión: rosca en el vestuario, puteada en el fútbol y en el asado discusiones políticas. Pero mientras jugábamos era patada va, patada viene, bromas, calenturas"

El ex secretario jugaba en su equipo y hasta compartía la defensa. La camiseta de un equipo era la de la selección titular. El rival, usaba la suplente. En el pecho decían 100% K. El ex presidente solía enfrentar incluso a su hijo Máximo, que compartía equipo con Aníbal Fernández. "(Padre e hijo) eran muy compañeros. Pero en el partido se mataban. A parte a Néstor le encantaba hacerlo calentar, y Máximo es calentón, más calentón que el padre. Otro que se calentaba mucho era Aníbal. Él jugaba de delantero en el equipo contrario al nuestro, y Néstor y yo éramos defensores y le dábamos para que tenga y se calentaba. Sinceramente era un buen espacio de dispersión en el que la pasamos verdaderamente bien"