Diciembre, otra vez. La crisis económica, el efecto de la devaluación y el descontento social volvieron a poner la lupa sobre la llegada del fin de año y de las fiestas. Para intentar paliar los conflictos sociales, el Gobierno activó una nueva agenda de contención que tiene tres ejes centrales: la CGT y los gremios no kirchneristas, los jubilados y los sectores vulnerables, y apuntalar –levemente– el consumo hacia el primer trimestre de 2019.
El oficialismo trabaja en los frentes buscando descomprimir la situación y generar una nueva expectativa antes de que comience la nueva carrera electoral.
Entre mañana y el martes se anunciará formalmente el desembolso de una suma cercana a los $ 800 millones extra para otorgar un bono de fin de año a los más de 200.000 empleados de la administración pública nacional.
Se trata del reflejo estatal del decreto que saldrá esta semana, que fue acordado hace un par de días con la CGT y los empresarios, para otorgar un bono de hasta $ 5.000 para los trabajadores del sector privado. Ahora, la firma del acuerdo con estatales, que estará en manos de Andrés “Centauro” Rodríguez (UPCN) con el vicejefe de Gabinete, Andrés Ibarra (quien debutó el martes en la reunión de gabinete con su nuevo cargo), junto a Dante Sica (Producción y Trabajo), supondrá también un nuevo gesto a la CGT para intentar evitar una medida de fuerza de las principales centrales obreras no kirchneristas.
El monto final se terminará de pulir en las próximas horas, en un rango que va de $ 4.000 a $ 6.000. Será también en dos tramos, al igual que el decreto para los privados.
Ahora le tocará mover a las provincias. Muchas de ellas, como Santa Cruz, no están en condiciones de dar bonos extraordinarios. En Buenos Aires habrá reuniones al respecto, al igual que en la Ciudad. De todas formas, no hay una calma total en lo que se refiere a los sindicatos: Sica ordenó, por ahora, seguir adelante con las más de 70 auditorías que están en manos de Jorge Triaca, el hasta ahora secretario de Trabajo, ya en “transición” hasta que el ministro termine de elegir su reemplazo. En este contexto, la familia Moyano anunció medidas de fuerza junto con sus flamantes aliados de la CTA, partida en tres, los bancarios y los docentes. En Casa Rosada admiten que no hay negociaciones con estos sectores y los vinculan al kirchnerismo.
Jubilaciones en la mira. En la Casa Rosada decidieron descartar un bono similar, de manera única y extraordinaria, para los jubilados. “Los números no dan, los jubilados tuvieron, en lo que va de 2018, un incremento de 28,5%”, explicaron a PERFIL fuentes oficiales. Lo que se está analizando en la Jefatura de Gabinete junto a autoridades de la Anses, Hacienda y Desarrollo Social es adelantar los aumentos que, por ley, debían otorgarse en marzo. La idea es que haya dinero en los bolsillos de los jubilados antes del 20 de diciembre. El porcentaje es la discusión que vienen manteniendo en lo más alto del poder macrista.
A todo esto, en Anses, el director ejecutivo, Emilio Basavilbaso, analiza la conveniencia de extender el plazo, hasta mediados de 2019, que tiene una comisión especial para estudiar un nuevo sistema previsional, tal como preveía la Ley de Reparación Histórica que se sancionó en 2016. Poco, o en rigor nada, tuvo que ver el acuerdo con el FMI con la decisión de reformar el sistema previsional.
De todas formas, tanto el bono extra para privados y estatales como los fondos para jubilados forman parte de una estrategia para intentar poner dinero fresco en los bolsillos de la clase media y la clase baja con el objetivo de recuperar algo de la estrepitosa caída del consumo. Las fiestas son un momento clave, sumadas al turismo interno, para que la Argentina empiece a encarar el camino de la recuperación.
De hecho, en la planta baja de la Casa Rosada, más concretamente en la Secretaría de Comunicación, están preparando una campaña para el interior del país con el fin de alentar el turismo apuntando a la clase media afectada por la devaluación. También el sector turístico, que entusiasma al presidente Mauricio Macri, es un gran motor de empleo: la última feria Conectamos Trabajo, que organizó la provincia de Buenos Aires en Mar del Plata, unos 10 mil jóvenes pudieron presentarse para dos mil propuestas vinculadas a la temporada 2019.
A ello se suma que en el Ministerio de Hacienda afirman que en noviembre la inflación estará en torno del 3% y bajará a 2% para diciembre, un anhelo del equipo económico. El ministro Nicolás Dujovne espera que, después de la sanción del Presupuesto y el G20, las variables macroeconómicas, con un dólar estable, se ordenen y el campo, junto con las economías regionales vinculadas al sector exportador, permitan visualizar un horizonte de salida más rápida que lo esperado.
Lo social. Paralelamente, en el Ministerio de Desarrollo Social y Salud que conduce Carolina Stanley hay movimientos: prepara un nuevo refuerzo alimentario para comedores y ministerios de acción social provinciales para no tener sustos durante diciembre (ver página 3). La contención social es una pata clave para la Nación desde que llegó Macri al poder.
Stanley no trabaja sola: la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, es su gran aliada en el diseño de las políticas sociales. Vidal fue la gran maestra de Stanley, aunque hoy sean amigas y su relación sea más horizontal. Son las que empujan las políticas para atajar la emergencia.
La gobernadora prepara su tercer desembolso de fondos para refuerzo alimentario, mientras que Stanley está trabajando a nivel nacional en el mismo sentido. Dos vidalistas históricos, que acompañan a la gobernadora desde que asumió como ministra porteña a mitad de 2008, son los que llevan adelante las negociaciones con organizaciones sociales: Santiago López Medrano (ministro bonaerense) y Carlos “Charly” Pedrini (viceministro de Desarrollo Social), dos peronistas que supieron compartir militancia a finales de los noventa con el hoy diputado provincial de Cambiemos Marcelo Daletto. “Vamos a seguir teniendo piquetes”, se resignan en Desarrollo Social. Pero, argumentan, podrán dosificarse si la situación no se desborda. Y, dicen, en eso trabajan.