Con la visita de dos días a Buenos Aires de uno de los hombres claves de la gestión de Bolsonaro, el almirante Flávio Viana Rocha, el gobierno nacional se quedó con un balance optimista respecto a la evolución del vínculo bilateral. Ayer ,el secretario de Asuntos Estratégicos de Brasil participó de un almuerzo en la embajada de su país, luego de una reunión interna en donde evaluaron su paso por la Argentina y la nutrida agenda para trabajar.
En su segunda jornada en el país, Viana Rocha dedicó su tiempo al mundo diplomático y al sector privado. Solo su par local, Gustavo Beliz, representó esta vez al gabinete en el convite que ofreció el flamante embajador de aquel país, Reinaldo Salgado, a diferencia del jueves cuando el funcionario brasileño dedicó gran parte de su tarde a reuniones en la Casa Rosada, la Cancillería y el Ministerio de Defensa.
La ofrenda de “desatar nudos” en la relación bilateral, sobre la cual se trabajó a lo largo de gran parte de 2020 en forma simultánea desde diversos sectores del gobierno pese a las fricciones con el jefe de Estado, generó expectativas. También el anuncio, por parte de Viana Rocha, de que los diversos ministros de Bolsonaro se ponían a disposición de sus pares locales para articular una agenda de trabajo. En muchos casos, como Defensa o Cancillería, el diálogo ya era fluído. En otros, como Energía, se apuesta a que crezca.
Viana Rocha también compartió un mensaje del presidente Bolsonaro de estrechar relaciones con la Argentina y no solo en términos políticos sino con la posibilidad de establecer acuerdos comerciales. De ello habló también el jueves con el canciller Felipe Solá. En particular sobre el desarrollo en el sector automotor y la posibilidad de “incrementar la integración productiva y alcanzar un comercio equilibrado y sostenible”, acorde a lo consignado en el parte informativo posterior del ministerio.
En este sentido, hay varios productos sobre los que la Argentina quiere avanzar para habilitar su venta al país vecino, como ser los langostinos, la uva de mesa y el mosto de uva. Luego hay otras iniciativas más ambiciosas en torno a una mayor producción conjunta a nivel militar y hasta interés por exportaciones de gas para la industria del sur de Brasil.
El funcionario
brasileño habló
de “desatar los
nudos” de la relación
Con el ministro de Defensa, Agustín Rossi, a quien visitó en sus oficinas tras salir de la Rosada, también el intercambio giró en torno a los proyectos conjuntos. Uno de ellos es la posibilidad de patrullar la costa atlántica, siguiendo un modelo similar al que la Argentina ejecuta con Chile en las aguas antárticas durante el verano, por el cual personal de una nación participa en misiones de vigilancia de navíos de la otra bandera. Desde el Ejecutivo expresaron “interés” en replicar este esquema.
Otro tema que se discutió fue el plan de avanzar en el acuerdo por la adquisición de los blindados 6x6 Guaraní, que Iveco fabrica en Mina Gerais con componentes argentinos, específicamente su motor y su chasis. El Gobierno quiere asociarse al brasileño con la oferta de que el ensamblado completo del anfibio se realice también en la fábrica de Iveco en la provincia de Córdoba.
Por la noche, Viana Rocha participó de un agasajo en Villa La Ñata al cual también fueron invitados algunos de los empresarios más pesados del país, como Eduardo Eurnekian, Pablo Antúnez (CEO del Grupo Perez Companc), Daniel Herrero (presidente de Toyota Argentina), Marcelo Fernández, titular de la Confederación General Económica de la República Argentina (Cgera) y José Zuccardi, de las bodegas homónimas. Por el Gobierno, participaron Beliz, Solá, el secretario de Industria de la Nación, Ariel Schale, Guillermo Justo Chaves, jefe de Gabinete de la Cancillería, y Jorge Neme, secretario de Relaciones Económicas Internacionales del mismo ministerio.