La campaña bonaerense que anima la gobernadora, María Eugenia Vidal, tendrá un capítulo aparte en la gestión, en particular, en las obras públicas: la Provincia tiene pensado gastar $ 4.275 millones en los próximos 57 días hasta las elecciones. Es decir, $ 75 millones por día que saldrán de las arcas bonaerenses y que se focalizarán en rutas, obras hidráulicas, viviendas, asfalto y trabajos para zonas en emergencia.
Según datos oficiales a los que accedió PERFIL, el Ministerio de Infraestructura concentrará un 29% de la inversión en la primera y la tercera sección electoral (el norte y el sur del Conurbano respectivamente). Ambos distritos electorales son los únicos donde Cristina Kirchner sacó una leve diferencia en las PASO contra Cambiemos. En total, para este año se destinarán $ 27.405 millones para toda la Provincia.
Curiosidades del “equipo”
Por su lado, se están ejecutando poco más de $ 1.500 millones para emergencias ante las inundaciones. Se trata de obras de terraplenes y alcantarillado para que no se inunden las ciudades del Interior.
Además, De la Torre sobreejecutó la partida en otro rubro, “Correos y Telégrafos” (sic), en la cual gastó un 418% de los presupuestado, mientras que en el rubro “Ceremonial” un 178%. Datos que alarman en La Plata.
En este marco, Vidal pidió, en estos días, acelerar todas las obras para llegar a las elecciones del 22 de octubre con una alta ejecución y buena visibilidad en los barrios. La estrategia electoral que diseña el jefe de Gabinete, Federico Salvai, supone que, hasta mediados de septiembre, los candidatos y la gobernadora se concentren en mostrar las obras llamadas A+. De hecho, el publicista Juan Manuel “Papón” Ricciarelli (Agencia DON) ya trabaja en los nuevos spots de gestión.
Obras. Según explican en la cartera de Infraestructura que maneja el ministro Roberto Gigante, para Vidal hay dos tipos de obras a las que apuesta. La primera de las “vedettes” son las rutas que construye Vialidad provincial. El miércoles la gobernadora, a su regreso de Villa La Angostura (donde además del presidente Macri se encontró con Rogelio Frigerio y su mujer Victoria Costoya), estuvo con sus funcionarios recorriendo el “Corredor del Atlántico”. Allí se construye una segunda calzada para 158 kilómetros de las rutas provinciales 11 y 56, a la altura de los municipios de General Madariaga, General Lavalle, Tordillo y La Costa. Los trabajos estarán terminados en diciembre de 2019 con una inversión de $ 4.800 millones. En los despachos oficiales también trabajan en las rutas 4, 60 y 61; y prevén inversiones entre otras, en la 41, la 88 y la del cereal.
La segunda “vedette” son las obras hidráulicas. En este sentido, en pocos días saldrá la licitación por la obra del Río Salado, una de las más esperadas por Vidal, que cuenta con financiamiento del Banco Mundial. A ella se le suma otra clave: la del Río Luján, donde el subsecretario Rodrigo Silvosa terminó de delinear algunas modificaciones en los trabajos ya que las obras debían atravesar una zona de parques. Para eso contó con la colaboración de la única mujer del gabinete, María Fernanda Inza, la secretaria Legal y Técnica, quien convenció a los funcionarios nacionales de no frenar semejante inversión por dos kilómetros necesarios para la obra.
Paralelamente, en 24 municipios del Conurbano hace un mes se adjudicaron $ 2 mil millones para lo que en la Gobernación denominaron “shock de asfalto”, una licitación rápida que dio aire a muchos intendentes. Con una salvedad: muchos caciques peronistas se atribuyen las obras en la cartelería. Una picardía que molestó en La Plata.
Dentro de este paquete también están incluidas las guardias de los hospitales (un alivio para Andrés Scarsi, el nuevo ministro de Salud) y unas veinte comisarías que se están construyendo. Incluso, se está refaccionando una de Villa Fiorito, en Lomas de Zamora, donde los policías caminan una cuadra para usar el baño de la estación de servicio más cercana, una Shell.
El ex director de Arquitectura, Joaquín “Joaco” Gándara (quien arregló la casa de Vidal en la Base Aérea de Morón), fue quien licitó las obras. Ahora migró para hacerse cargo de la infraestructura escolar, donde el ministro de Educación bonaerense Gabriel Sánchez Zinny no sale de su laberinto: la ejecución llega, a duras penas, al 25% a esta altura del año.
Consumo. Otra pata de la estrategia está puesta en reanimar el consumo en el Conurbano. Para ello, la gobernadora instruyó al Banco Provincia en tres temas: sumar préstamos blandos para la compra de autos (esta semana se conoció que ya se colocaron $ 7.300 millones en 37.500 préstamos) y motos; la segunda etapa del descuento de 50% en supermercados (con una devolución de hasta $ 1.500) que se realizará dos miércoles de septiembre y otros dos de octubre, y los créditos “hipotecario social”, con una tasa de 6,20% para clase media baja y baja.
Lejos de la polémica por las fotos de los bonaerenses haciendo cola en los supermercados, Vidal reforzó la estrategia que emanó del quinto piso de la sede porteña del Bapro.
De estos temas vienen dialogando en el gabinete vidalista cuando salen a cenar los ministros. Una de las últimas comidas, en el restaurante Cohiba de San Telmo, tras el acto de cierre de campaña en Vicente López, dejó un buen sabor entre los funcionarios que se ocupan de la obra pública.
Mientras esto ocurre, en otros ministerios los gastos pasan por otro lado. Según datos oficiales al 31 de marzo de este año, el Ministerio de Gobierno que ocupa Joaquín de la Torre (ex intendente de San Miguel) se gastó el 52% de lo asignado a pasajes: casi 190 mil pesos.
