POLITICA
dificultades para aprobar el pliego

El Gobierno define si avanza con el reemplazo del juez Zaffaroni

El kirchnerismo no tiene los votos para ocupar la silla que quedará vacante en la Corte Suprema a partir de enero. Danza de nombres.

Renuncia. El penalista dejará su cargo en el tribunal cuando comience el año próximo.
| Cedoc

El Gobierno tiene dudas sobre si enviar o no el pliego para designar al reemplazante de Eugenio Zaffaroni, que dejará su cargo en la Corte Suprema a partir de enero.

Según confiaron un ministro y un importante funcionario a PERFIL, el problema mayor que enfrenta el kirchnerismo es la dificultad para conseguir los dos tercios en el Senado que se precisan para la aprobación del pliego.

“Tendríamos que mandar el pliego en febrero. En medio del armado de listas para las internas, no creo que el radicalismo levante la mano para acompañarnos”, sintetizó el ministro en conversación con este diario.

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En tanto, el secretario de Justicia, Julián Alvarez, le dijo a un alto integrante del Senado que el asunto no es prioridad para el Gobierno. “Mucho menos hasta que la Presidenta no se recupere”, le admitió a PERFIL un senador K que reconstruyó su diálogo con Alvarez.

El macrismo y el radicalismo ya adelantaron que no acompañarán al Gobierno en esta partida. El massismo difícilmente lo avale. Le queda al kirchnerismo un puñado de votos del peronismo federal, pero no es suficiente.

Sin embargo, desde la semana pasada, empezaron a circular nombres de posibles reemplazantes de Zaffaroni. Mónica Pinto, la decana de la Facultad de Derecho, de origen radical, fue uno de ellos. “Esa es una operación del radicalismo”, analizó en una charla con este diario el ministro.

Los otros dos nombres son el del diputado nacional Ricardo Gil Lavedra y el del ex integrante del Juicio a las Juntas León Carlos Arslanian.

La Casa Rosada puede tomar tres caminos. No enviar el pliego y dejar a la Corte con cuatro miembros hasta que venga el nuevo Gobierno. Enviar un nombre de prestigio que no pueda ser rechazado por la oposición. O mandar uno propio para victimizarse. Pero esta última opción, según describieron kirchneristas a PERFIL, sería mandar un nombre a la “picadora de carne”.

Los dos tercios de los presentes, si es que se sientan todos, incluido Carlos Menem (que hace un año que no asiste a las sesiones), significarían 48 votos. El oficialismo cuenta con 39 propios. Le faltan nueve votos.

“No tenemos margen de negociación, a menos que sentemos a Menem y consigamos el resto del peronismo federal, pero aun así no alcanza”, analizó un senador kirchnerista en diálogo con este diario.

Tres ministros de la Corte dijeron que no pueden funcionar con cuatro miembros. Se les complica para fallar en caso de que haya empate.

Al Gobierno le gustaría que el cargo de Zaffaroni fuera ocupado por otro penalista, para no dejar al tribunal sin un especialista en la materia.

Los tres nombres en cuestión son penalistas. Pero no se sabe si pasarían el filtro.

Para un funcionario del Gobierno, había negociaciones con Ernesto Sanz, del radicalismo, hasta que Gerardo Morales advirtió que no acompañaría al Gobierno, para evitar ser señalados como autores de otro pacto de Olivos.

Sanz, después, salió a aclarar que él tampoco lo haría. Habrá que esperar a la renuncia de Zaffaroni para ver qué movimiento hace el Gobierno.