El ministro es uno de los diez mejores criadores de canarios del país y ya se llevó varios premios. El hobbie que lo reunió con el nuevo magistrado del Boudougate.
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Cedoc
El ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, y el juez Ariel Lijo, que acaba de quedar al frente del caso Ciccone, comparten un hobbie: la cría de canarios. En efecto, uno y otro se han cruzado en eventos y entregas de premios que tienen que ver con esta actividad, indicaron diversas fuentes a Perfil.com. En la biografía de Lijo figura que es experto en canarios, al tiempo que De Vido ha ganado premios nacionales e internacionales con este hobbie.
Así lo confirmó a Perfil.com Cristian Reyna, criador de canarios, sobre todo de una variedad genética denominada Opalos, quien aseguró que suele cruzarse con el funcionario en cada competencia de criadores de canarios. Reyna contó que, en 2011, los canarios de De Vido obtuvieron varios máximos galardones en las competencias en las que fueron presentados, no sólo en el campeonato argentino, que cada año se hace en Zárate, sino también en el mundial, que el año pasado se hizo en Uruguay.
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“De Vido está entre los diez mejores criadores del país”, contó Reyna, que también tiene varios premios en su haber, aunque está lejos de alcanzar al funcionario.
El ministro "sacó diez campeones argentinos y doce reservados (segundo lugar), más de 30 premios entre los puestos 1º al 5º", según informó este especialista.
Reyna explicó que tanto él como De Vido forman parte de los criadores de canarios que lo hacen para competir, y que las competencias comienzan la primera semana de mayo en distintas provincias. Estas contiendas sirven como clasificatorias para llegar al campeonato argentino, que se realizará entre el 4 y el 11 de julio en Zárate. En su anterior edición, el campeonato reunió a 14.000 pájaros de esa especie.
En tanto, sobre la afición del juez Lijo por las aves, se sabe poco, pero sí trascendió en su curriculum que es un experto.
Palomas. Parece que además de los canarios, De Vido tiene también afición por las palomas mensajeras. A principios de abril, el flamante interventor de YPF estuvo no más de 90 minutos en Entre Ríos, hasta donde llegó sin anuncio previo y con gran custodia, cargado con canastos con al menos 60 palomas mensajeras para medir el tiempo que demoraban en ir y volver.
