Habían pasado sólo tres días de su arribo a Miami y Guido Alejandro Antonini Wilson estaba desesperado. Sus amigos le exigían explicaciones, la Justicia argentina reclamaba su presencia en tierras pampeanas y 800 mil dólares buscaban su dueño. El 10 de agosto de 2007, Antonini subió a su familia a su auto y manejó sin parar más de 100 kilómetros, desde Key Biscayne hasta West Palm Beach.
Jaqueline, su esposa, no hizo muchas preguntas y su hijas de 9 y 7 años siguieron el rumbo de sus padres. El destino fue el Four Seasons Resort de Palm Beach, uno de los hoteles más prestigiosos de la zona. 197 habitaciones, suites, cancha de polo y vista al mar.
Luego, casi un año después, Antonini Wilson declaró que “tenía miedo” y necesitaba alejar a su familia del “asedio” de la prensa. La familia del valijero y el venezolano sólo se hospedaron en el hotel durante 96 horas. Del viernes 10 hasta el lunes 13 de agosto de 2007. Ese mismo viernes, Antonini recibió la visita de Franklin Durán, su hermano Pedro, agente del servicio de inteligencia venezolano, y del sobrino de Durán, de 14 años. Los Durán no querían vueltas, sólo que Antonini les “cuente todo” lo que había pasado en Argentina y que el hombre en pugna escribiera “de la a la z” todo lo que sabía del Valijagate. Se sentaron en la confitería del lobby del hotel y discutieron sus asuntos.
La semana pasada, Pedro Durán hijo declaró en los tribunales de Miami que Antonini pagó esa cuenta con “dinero del maletín”. Según cuenta el joven, el propio Wilson lo aseguró en el momento de pagar. “Dijo que era dinero del maletín y que le había dado también a Daniel Uzcátegui”, aseguró el sobrino de Franklin Durán. Sólo con el detalle de que el niño afirmó que se pagó con billetes de 100 dólares. Los 800 mil dólares que se decomisaron en Buenos Aires son de fajos de 50 dólares.
Antonini eligió una habitación de 379 dólares la noche, con vista a los jardines del hotel, y decidieron pasar el tiempo y esperar que se calme el alboroto mediático. Buscó evitar ser sorprendido y se alojó bajo el nombre de Alejandro Regnault, su segundo nombre, seguido del apellido de su mujer.
Según facturas que fueron incorporadas como evidencia en el juicio contra Franklin Durán, la primera noche se le cargaron a la cuenta de la habitación número 206, 233 dólares en concepto de llamadas internacionales. No se especificó a qué país se efectuaron. De todas formas, se especula que esos llamados fueron realizados a Venezuela por el valor total de la tarifa que se le cobró a la familia Antonini. El escándalo recién empezaba.