En la recta final de la campaña electoral porteña, el gobierno de la Ciudad volvió a criticar la toma de colegios públicos como método de reclamo. Una vocera del Centro de Estudiantes del Instituto Falcone anunció que "a partir del ingreso del turno tarde se tomarán los colegios Otto Krause, Fader y el Falcone" y que mañana seguirán con los Normales 1, 4, 6, y 10, el Belgrano, el Esnaola y el Moreno".
El ministro Esteban Bullrich descargó su bronca por la medida de los estudiantes a seis días de las elecciones porteñas. "Esto tiene una motivación electoral y política. No existe reclamo alguno entre los manifestantes", señaló. "La toma de la escuela pública es un error. No es favor de la escuela pública sin en contra"
Bulrrich insistió que "la peor forma de mejorar la escuela pública es tomar una escuela como rehén e interrumpir su normal funcionamiento. Hasta el momento no se conoce ningún pedido de negociación respecto de ningún tema que pretenda justificar semejante actitud de violencia".
"Si quieren cambiar la gestión, que junten los votos y que ganen en las elecciones. Pero si quieren discutir, lo hacemos", disparó el ministro de Educación.
Vandalismo. El viernes, un grupo de estudiantes agrupados en la CUES (Coordinadora Unificada de Estudiantes Secundarios) realizó pintadas insultantes contra Mauricio Macri, provocó daños en el edificio con piedras y baldosas rotas, y también cortaron el tráfico frente a la sede del Ministerio de Educación porteño.
Respecto a los daños, el jefe de la cartera educativo aseguró que “esto pasa cuando la peor política mete la cola en las escuelas (...) Elegir el vandalismo como un instrumento de acción política es la actitud más antidemocrática que puede imaginarse”, expresó Bullrich.
Finalmente, el funcionario macrista apuntó que "es lamentable la utilización de organizaciones de estudiantes para fines políticos que nada tienen que ver, directa ni indirectamente, con la Educación".