Soltar el poder para la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner no fue fácil. Lo demostró cuando se negó a realizar el traspaso de mando a su sucesor Mauricio Macri en la Casa Rosada -ella quería que la ceremonia tuviera lugar en el Congreso-. Ahora vive las consecuencias más significativas de lo que supuso para ella dejar la Presidencia de la Nación. Ayer, junto a sus hijos Máximo y Florencia, fueron enviados a juicio oral y público en el marco de la causa Los Sauces, acusados de liderar e integrar una asociación ilícita dedicada al lavado de dinero.
Dejar la Casa Rosada cambió por completo el escenario en el ámbito judicial. En Comodoro Py muchas de las causas por corrupción que estaban cajoneadas o ni tan siquiera iniciadas empezaron a avanzar a gran velocidad. La última en la que quedó involucrada la actual senadora por Unidad Ciudadana es la conocida como "los Cuadernos de las Coimas", pero la legisladora enfrenta un complejo panorama judicial que se suma a su ya delicada situación procesal.
Son varios los dolores de cabeza de Cristina en la Justicia, desde los expedientes del dólar futuro, Memorándum con Irán, obra pública, Hotesur hasta Los Sauces, el primero en el que enviaron a sus dos hijos a juicio.
Caso Los Sauces: Cristina, Máximo y Florencia Kirchner van a juicio oral
Con esa decisión del juez Julián Ercolini la preocupación de la senadora aumentó de forma exponencial. Su hijo Máximo necesita presentarse en las próximas elecciones para renovar su banca en Diputados y mantener de ese modo los fueros que se supondrían un escudo para enfrentar las causas judiciales en su contra. Julio De Vido es un ejemplo de que si bien no son una garantía de libertad colaboran en ganar tiempo.
Tal y como se explicó en la revista Noticias, la única integrante de la familia Kirchner que no cuenta con protección legislativa es Florencia. La hija menor del matrimonio presidencial nunca mostró interés en el mundo de la política, sino en el de la cultura. No obstante, por su vínculo parental es investigada en las causas Hotesur y Los Sauces. Lo que más teme la expresidenta es que la joven pueda ir presa.
Florencia tiene una relación muy cercana con su madre. La joven le abrió las puertas de su casa a la senadora después del allanamiento en su departamento de Recoleta, porque la legisladora no quería volver a su hogar. Su estancia iba a ser corta, apenas de dos días, pero finalmente se estiró un mes hasta el 18 de septiembre.
Además, Florencia es madre soltera desde que se separó del militante Camilo Vaca Narvaja, con quien tuvo a Helena. El futuro de su nieta es otra razón para no dormir tranquila por las noches a la expresidenta.
En el caso de que Ercolini encuentre culpable a Florencia Kirchner de los delitos que se le imputan y la pena sea superior a tres años, la joven se enfrentará a su ingreso a prisión. No obstante, antes debería estar firme la condena, es decir, que sea ratificada por instancias superiores.
Al ser considerada miembro de asociación ilícita se enfrenta a una posible pena que va de entre 3 a 10 años de prisión. A lo que debe considerarse también que está acusada del delito de lavado de activos. Su eventual condena estará sujeta también a si es encontrada responsable de los delitos que se le imputan en concurso real o ideal, lo que podrá variar el monto que se le imponga.
B.D.N./FeL
