Tiempos, números y necesidades. Esas son las tres variables que por estas horas están comandando la discusión política en torno a la posible suspensión de las PASO, una alternativa impulsada por el ala kirchnerista del Frente de Todos que ni siquiera tiene unanimidad a nivel interno.
Tal como sucedió en el anterior turno electoral cuando se resolvió postergar la instancia de primarias abiertas, los tiempos están muy ajustados ya que a partir de hoy justamente queda solo un mes para la finalización del período ordinario de sesiones parlamentarias.
El mismo día que el Presupuesto logró la media sanción en Diputados, el legislador rionegrino Luis Di Giácomo presentó el primer proyecto para suspender las PASO, una maniobra que ya había anticipado días atrás, pero que no había terminado de concretar. No es la primera vez que el oficialismo se vale de un aliado, en este caso de Juntos Somos Río Negro, para canalizar una movida propia con la que no quiere quedar pegado para poder sumar la mayor cantidad de aliados.
En rigor, todavía no hay ninguna pista sobre el arranque de cualquier discusión en comisión. “Nunca se ha discutido, sale en los medios todos los días, pero ninguno de los nuestros ha dicho nada y nadie presentó proyectos más allá de Di Giácomo”, comentó descreído uno de los diputados del Frente de Todos que se enrola dentro del grupo de los díscolos que no quiere tocar el actual esquema. Ricardo Herrera, diputado por La Rioja que responde al gobernador Ricardo Quintela anticipó que va a presentar un proyecto propio en el que refleje el pedido de varios de los mandatarios del Norte Grande.
Dentro del oficialismo también está el grupo de los autodenominados “cayetanos” que tampoco quieren ninguna modificación en el sistema de primarias abiertas. Los referentes ligados a los movimientos sociales reconocen que las PASO son las que le dieron la posibilidad de incorporarse a las boletas del Frente de Todos sobre todo en el 2021.
En JxC ya piensan cómo dirimirán postulaciones si se suspenden las primarias
“No vamos a votar la derogación de las PASO. Creemos que para fortalecer el frente del que formamos parte, hay que ampliar el debate interno, construir una pluralidad y una renovación de las opciones políticas”, dijo a PERFIL la diputada de Somos Barrios de Pie Natalia Souto. La bonaerense comparte la postura con sus colegas Leonardo Grosso, Eduardo Toniolli, Natalia Zaracho y Federico Fagioli, a quienes también se suma el porteño Leandro Santoro que rechaza la movida.
En este escenario es donde entran en juego los números. Como se trata de la modificación de una ley electoral, se necesitan 129 votos efectivos, por lo que el oficialismo debe estar completamente convencido de su viabilidad antes de llevarlo al recinto. Para compensar, tiene a su favor a los cinco integrantes del interbloque Provincias Unidas, de donde salió la primera propuesta de suspensión, los tres diputados que responden al gobernador Juan Schiaretti de Córdoba, que ya se diferenciaron de sus compañeros del Interbloque Federal donde hay bonaerenses como Graciela Camaño, Alejandro “Topo” Rodríguez y Florencio Randazzo, y los socialistas Estévez y Mónica Fein, quienes lucen reticentes. La izquierda históricamente rechazó las PASO por establecer un piso mínimo de votos, que en muchas ocasiones dejó fuera de carrera a sus candidatos, pero según supo PERFIL todavía no está unificada la posición de los cuatro integrantes del espacio. Una de las expectativas del oficialismo está puesta en los libertarios que ya han cuestionado un esquema que favorece a las grandes estructuras.
Juntos por el Cambio, en la gatera. El principal bloque opositor no quiere bajo ninguna circunstancia que haya cambios en las reglas de juego por dos factores. En primer lugar porque la instancia de primarias abiertas ya les ha resultado beneficiosa para traccionar votos y presentar un amplio menú electoral con bajo nivel de conflictividad. Pero el segundo factor es el que tiene hoy más peso y es que tiene varios aspirantes presidenciales con fuerte perfil propio y aún no se elaboró un esquema de selección propia que no sea a través de las primarias. Cuando aún la discusión no estaba instalada, el sector más duro del PRO estaba convencido que el oficialismo iba a hacer un intento por eliminar la selección previa de candidatos y aclaraba firmemente que no estaba dispuesto a dar luz verde al Presupuesto si después el Frente de Todos le iba a clavar el puñal por la espalda.
En el Senado, los legisladores de Juntos por el Cambio comparten la sensación de que el oficialismo se saldrá con la suya. En las últimas horas Luciano Laspina, del PRO, envió una dura advertencia al Frente de Todos y le retrucó que si avanza con la suspensión de las PASO, la oposición volverá a dar la batalla por la Boleta Única.
El tiempo corre, los números todavía no están, pero las necesidades electorales son muchas, tal vez la única variable que logre traccionar el tema en el Congreso antes de fin de año.