POLITICA

El Osservatore Romano | El papa pide mantener la vida cristiana

“No puedes partir el Pan del domingo si tu corazón está cerrado a los hermanos”, fue el mensaje del Sumo Pontífice.

Papa Francisco 20210528
Papa Francisco | Agencia Afp

En este nuevo ejemplar de la edición semanal en lengua española del L´Osservatore Romano, se destaca el intercambio epistolar entre el cardenal Reinhard Marx y el Papa Francisco, que está atravesado por la crisis de los abusos dentro de la Iglesia.

En una carta enviada al Papa, el pasado 4 de junio, el cardenal Marx ha pedido al Pontífice que acepte su renuncia al cargo de arzobispo de Múnich y Freising. La misiva menciona “fallos a nivel personal” y “errores administrativos”, pero también “un fallo institucional y sistemático” sobre la crisis de los abusos en Alemania.

En la misiva, el cardenal, hasta 2020 presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, parte de la crisis que atraviesa la Iglesia alemana: una crisis, dice, “causada también por nuestro fracaso personal, por nuestra propia culpa”: “Me parece -y es mi impresión- que hemos llegado a un ‘callejón sin salida’ que, sin embargo, podría convertirse también en un punto de inflexión según mi esperanza pascual”. Al Papa le explica: “En el fondo, para mí se trata de asumir la corresponsabilidad sobre la catástrofe de los abusos sexuales perpetrados por representantes de la Iglesia en las últimas décadas”. Marx también dice que la negligencia y la falta de atención a las víctimas ha sido, sin duda, nuestro mayor defecto en el pasado”.

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“Hemos fracasado”, reiteró el cardenal Marx, explicando que de ese “nosotros” del que hablaba él formaba parte ciertamente. Por eso renuncia, como una “posibilidad de expresar mi voluntad de asumir responsabilidades”, y también como una “señal personal para nuevos comienzos, para un nuevo comienzo para la Iglesia y no sólo en Alemania”. Tras esa misiva, el Santo Padre, publicó el jueves 10 una carta respuesta en la que no acepta la renuncia del Cardenal Marx.

En la misma, que se publica en forma completa y oficial en la segunda página de esta edición, el Papa Bergoglio le expresa al purpurado alemán que: “Toda la Iglesia está en crisis a causa del asunto de los abusos; más aún, la Iglesia hoy no puede dar un paso adelante sin asumir esta crisis. La política del avestruz no lleva a nada, y la crisis tiene que ser asumida desde nuestra fe pascual. Los sociologismos, los psicologismos, no sirven… Estoy de acuerdo contigo en calificar de catástrofe la triste historia de los abusos sexuales y el modo de enfrentarlo que tomó la Iglesia hasta hace poco tiempo.

Caer en la cuenta de esta hipocresía en el modo de vivir la fe es una gracia, es un primer paso que debemos dar. Tenemos que hacernos cargo de la historia, tanto personal como comunitariamente. No se puede permanecer indiferente delante de este crimen. Asumirlo supone ponerse en crisis. No todos quieren aceptar esta realidad, pero es el único camino, porque hacer “propósitos” de cambio de vida sin “poner la carne sobre el asador” no conduce a nada. Las realidades personales, sociales e históricas son concretas y no deben asumirse con ideas; porque las ideas se discuten (y está bien que así sea) pero la realidad debe ser siempre asumida y discernida.

Es verdad que las situaciones históricas han de ser interpretadas con la hermenéutica de la época en que sucedieron, pero esto no nos exime de hacernos cargo y asumirlas como historia del “pecado que nos asedia” … El “mea culpa” delante a tantos errores históricos del pasado lo hemos hecho más de una vez ante muchas situaciones, aunque personalmente no hayamos participado en esa coyuntura histórica. Y esta misma actitud es la que se nos pide hoy. Se nos pide una reforma, que – en este caso – no consiste en palabras sino en actitudes que tengan el coraje de ponerse en crisis, de asumir la realidad sea cual sea la consecuencia… Bien decís en tu carta que a nada nos lleva sepultar el pasado. Los silencios, las omisiones, el dar demasiado peso al prestigio de las Instituciones sólo conducen al fracaso personal e histórico, y nos llevan a vivir con el peso de “tener esqueletos en el armario”, como reza el dicho. Es urgente “ventilar” esta realidad de los abusos y de cómo procedió la Iglesia, y dejar que el Espíritu nos conduzca al desierto de la desolación, a la cruz y a la resurrección.

Es camino del Espíritu el que hemos de seguir, y el punto de partida es la confesión humilde: nos hemos equivocado, hemos pecado. No nos salvarán las encuestas ni el poder de las instituciones. No nos salvará el prestigio de nuestra Iglesia que tiende a disimular sus pecados; no nos salvará ni el poder del dinero ni la opinión de los medios (tantas veces somos demasiado dependientes de ellos). Nos salvará abrir la puerta al Único que puede hacerlo y confesar nuestra desnudez: “he pecado”, “hemos pecado” ... y llorar, y balbucear como podamos aquel “apártate de mi que soy un pecador”, herencia que el primer Papa dejó a los Papas y a los Obispos de la Iglesia. Y entonces sentiremos esa vergüenza sanadora que abre las puertas a la compasión y ternura del Señor que siempre nos está cercana”. Al final de su carta, el Papa
Francisco le expresa al Cardenal Marx que: “Y esta es mi respuesta, querido hermano. Continúa como lo propones, pero como Arzobispo de Munchen und Freising. Y si te viene la tentación de pensar que, al confirmar tu misión y al no aceptar tu dimisión, este Obispo de Roma (hermano tuyo que te quiere) no te comprende, pensá en lo que sintió Pedro delante del Señor cuando, a su modo, le presentó la renuncia: “apártate de mí que soy un pecador”, y escuchá la respuesta: “pastorea a mis ovejas”.

Como es habitual, en esta edición del periódico vaticano, se transcriben en forma completa y oficial, homilías, video mensajes y discursos más relevantes en esta semana del Papa Francisco. Especialmente se destaca la homilía pronunciada en la misa del Corpus Domini, solemnidad del Santísimo Sacramento del Cuerpo y Sangre de Cristo, en la tarde del pasado 6 de junio. En ella, el Sumo Pontífice expresó que: «No puedes partir el Pan del domingo si tu corazón está cerrado a los hermanos. No puedes» comerlo «si no das el pan al hambriento. No puedes» compartirlo «si no compartes los sufrimientos del que está pasando necesidad», porque «nuestras Eucaristías transforman el mundo en la medida en que nosotros nos dejamos
transformar y nos convertimos en pan partido para los demás».

Del mismo modo, se transcribe la tradicional Catequesis de los miércoles y el Ángelus dominical. De la primera de estas homilías semanales surge el titular de esta edición “Mantener el ardor en la vida cristiana”. La necesidad de la perseverancia en el rezar también durante los cometidos cotidiana nos de la vida, para que la oración sea “la respiración” de toda acción humana, sobre todo mientras se trabaja, fue subrayada por el Papa Francisco en la audiencia general del miércoles 9 de junio en el Patio de San Dámaso. Prosiguiendo las catequesis dedicadas al tema de la oración, el Pontífice ofreció como modelo todavía factible en la vida de cada día el ora et labora benedictino: «Las manos entrelazadas del monje llevan los callos de quien empuña pala y azada», explicó con una imagen fuertemente evocadora.