El tablero político se mueve día a día y cada jugador mueve sus fichas. El “General de Cristina” no es la excepción. Su principal tarea es asegurarse, sino la continuidad poco posible del kirchnerismo en el poder, un regreso al llano lo más tranquilo y seguro posible. Por esa razón, convenció al candidato más potable del oficialismo, Daniel Scioli, de la necesidad de contar con sus servicios. En noviembre del año pasado, según fuentes dentro del Ejército Nacional, César Milani participó de una reunión “cumbre” con el gobernador bonaerense en Carmelo, República Oriental del Uruguay. Allí, el General le explicó que él era fundamental para mantener la paz social en la provincia más populosa del país en un año electoral. Sin embargo, Milani está nervioso. Según uno de sus allegados, reforzó su custodia en su mansión de La Horqueta. Le preocupa el futuro, los dichos de su incontenible cuñada –Clara Waite- y que se reavivan nuevas denuncias sobre su pasado. Desde el gobierno le enviaron señales para que se tranquilice: la causa que investiga su supuesto enriquecimiento ilícito no prosperaría. El juez Daniel Rafecas ya tendría firmado su sobreseimiento. Por ahora la retiene por el relevante papel que Rafecas tuvo en la causa Nisman.
Elisa Carrió es uno de los pocos dirigentes que se animan a investigar a Milani. En el expediente Nº337 que presentó la diputada de la Coalición Cívica en la Cámara de Diputados de la Nación, mientras se discutía el proyecto de ley que desarticularía –en apariencia- la SI, explicó que “lo que subyace es una transferencia del poder real a César Milani, quien siendo Jefe del Estado Mayor General del Ejército, ostenta el manejo efectivo y concreto del espionaje interno estatal; en abierta violación de la ley 23.554”, que prohíbe que cuestiones relativas a la política interna del país sean manejadas por las Fuerzas Armadas.
Con la suma del poder en inteligencia, Milani creó tres subdirecciones para atomizar su influencia en las fuerzas armadas y en la inteligencia local. Siendo Nº2 del General Luis María Carena, Milani digitaba todo lo que pasaba en las FFAA desde su cargo como Subdirector de Inteligencia del Ejército. El 19 de septiembre del 2008, el Teniente General Luis Alberto Pozzi presentó la renuncia tras ser acusado por un acto de corrupción. Según la información que maneja Carrió, la ex esposa de Carena es amiga de la infancia de la actual mujer de Carlos Zannini, el Secretario de Legal y Técnica de Cristina.
Promesas a los “lesa”
El 27 de noviembre del 2013, Milani se convirtió en el General de Cristina. Al gobierno de los derechos humanos no le parecieron importantes las sospechas de que recaían sobre Milani por haber cometido delitos de lesa humanidad durante la última dictadura militar. Es lo que recuerda a Perfil.com, el ex cadete en 1976, Néstor Hugo García. Ese año, García estudiaba en El Palomar en el Colegio Militar y conoció a Raúl Pedro Ravetti a quien denunció ante la Ministra Nilda Garré en el año 2008 por apremios ilegales. “Me contestó que la Presidenta no quería saber nada del tema –recuerda García- a los testigos que presenté los denunció el gobierno y a Ravetti lo ascendieron”. Efectivamente, mientras ascendía Milani, la misma suerte corría Ravetti, hoy al frente de la Contaduría General del Ejército. Según García, “no existen fotos de los dos juntos pero lo que los une son sus firmas en cada una de las compras y gastos que ha realizado el Ejército en los últimos años”.
Desde el 25 de mayo del 2003 a la fecha, los gastos en servicios de inteligencia se multiplicaron hasta aumentar en un 956%. El Ministerio de Defensa pasó de manejar 68 millones a 837 en la década ganada (1122%) casi el triple de la ex SIDE que pasó de 138 millones a 801. Mientras tanto, la Secretaría de Seguridad Interior casi alcanzó al presupuesto de Milani pues pasó de tan solo 22 millones en el 2003 a 773 lo que implica un aumento del 3487%. El cambio abrupto en el destino de los fondos se dio tras la muerte de Néstor Kirchner, entre enero del 2011 y comienzos del 2012. La distribución de fuerzas, varió, cuando el ex Presidente dejó este mundo. ¿Qué pasó en el 2012? Comienza el quiebre y la interna de la SI que se reflejará en el asesinato del “Lauchón” Viale a fines de ese año. Específicamente, en el manejo de los fondos que recibieron las FFAA, el Estado Mayor General del Ejército aumentó un 4113% entre 2003 y 2015. En cambio, la Armada -819%-, Fuerza Aérea -558%- y el resto de los organismos sólo el 58,6%. En este sentido, Milani es el gran ganador de estos tiempos.
Siguiendo la pista del dinero, es que Carrió y dirigentes de la izquierda argentina, aseguran que Milani es el encargado de hacer “inteligencia interna”. Fuentes consultadas dentro del Ejército por Perfil.com, aseguran que "la creación de la AFI demoró los tiempos y se encuentra paralizada” y que “mientras que Oscar Parrilli acomoda militantes con un desparpajo único que, si no hubiese sido por la investigación de la revista Noticias, nadie se enteraba, aquí a nadie le cierra para qué recibe tanta plata Milani”. La fuente, en sintonía con Clara Waite –cuñada de Milani- explica que “gran cantidad de fondos terminan en empresas de seguridad amigas en las que se terceriza la actividad”. Así es como ex militares, con buenas relaciones con el “general de Cristina”, manejan la seguridad de edificios como la del Le Parc de Puerto Madero donde vivía Alberto Nisman. El 22 de diciembre del 2014, S.I.E. –Seguridad Integral Empresaria- cambió su composición societaria.
El Plan 2015-2016. Los 4 frentes de Milani
Milani tiene un plan para sobrevivir al kirchnerismo o perpetuarse en el poder con el oficialismo basado en cuatro frentes. La letra chica del mismo la diseñó el General Gustavo Motta, también proveniente de Inteligencia, ascendido a pesar de la resistencia del CELS.
Punto 1: el interno. Conformación de lo que, los críticos al oficialismo, llaman “la Cámpora militar”. Milani ha acomodado a sus incondicionales y atacado a sus enemigos internos. Reincorporó a una considerable cantidad de oficiales superiores retirados al servicio activo –figura conocida en el ámbito castrense como artículo 62- y como personal civil de inteligencia. Misma suerte corrieron decenas de familiares de estos militares. En las últimas semanas, el propio Milani mantuvo reuniones reservadas con varios de ellos, incluso ex Batallón 601 de la última dictadura militar. La herencia presupuestaria que recibirá su sucesor será una mochila pesada de cargar. Obviamente, el apellido Milani aparece en los nombramientos oficiales de varios ministerios. Es el caso de María Julieta del Milagro Milani en el Ministerio de Defensa y de Ana Verónica del Carmen en Seguridad. Su hijo que se llama igual a César Milani también fue nombrado el 26 de junio del 2013 como analista técnico del Ministerio de Seguridad a pesar de no contar con los requisitos necesarios para el cargo.
Punto 2: el judicial y sus dos aristas. Por un lado, a Milani le preocupa su suerte personal. Afianzó sus vínculos con el gobernador bonaerense y los operadores del kirchnerismo en la justicia, preocupado por su destino. Por el otro, para silenciar las críticas internas, les habría prometido a detenidos por crímenes de lesa humanidad y a sus familiares que pasarán la próxima navidad en libertad. Su “relato” contradice la política de derechos humanos kirchnerista.
Punto 3: el mediático. El 16 de marzo pasado, la Presidenta habló en cadena nacional. En una de sus clásicos móviles con funcionarios y ministros apareció un Milani “camuflado” ubicado a la derecha de Agustín Rossi. La relación del general con el ministro de Defensa no pasa por su mejor momento pero éste habría dado el visto bueno para que Milani consiga su foto más deseada: con su Santidad. Eduardo Valdés y el ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno, le darían una mano en esas gestiones para conocer el Vaticano.
Punto 4: Inteligencia. Los carpetazos aumentarán a medida que se acerque la crucial elección que desvela al poder político. El límite entre sus “servicios” al gobierno, según explican sus detractores en el Ejército, y sus intereses personales corren por una línea cada vez más delgada. En ese contexto, en el Edificio Libertador el verticalismo ha aumentado al igual que el respeto hacia el General de la Presidenta. Beneficios económicos, un resurgir del significado de las fuerzas armadas, influencias en el destino del país y la politización de sus filas, son los supuestos méritos de Milani.