Hugo Moyano nunca tuvo buena puntería para la política, pero todavía hace que el escenario gremial gire a su alrededor. La derrota de su alianza con Francisco De Narváez es uno de los resultados políticos de los que estaban pendientes los miembros de la CGT oficial.
Si el proyecto político de Moyano queda debilitado después de octubre, los cegetistas creen que habrá más chances de negociar la unidad de la CGT en 2014.
El Frente por la Libertad y el Trabajo quedó cuarto en la provincia de Buenos Aires, cuando aspiraba a un tercer lugar. La derrota de sus expectativas políticas influirá en las condiciones en las que Moyano podrá sentarse a la hora de negociar con el resto de los sectores sindicales, una negociación a la que aspiran más los oficialistas que el propio Moyano.
La CGT oficial que lidera Antonio Caló quedó fragmentada entre los aliados del Frente Renovador, de Sergio Massa, y del Frente para la Victoria.
Tras las primarias, los cegetistas comenzarán tímidamente las conversaciones para entablar una ardua negociación por 2014, cuando se renueven las autoridades de una única CGT, que hoy parece condenada al fracaso. De esa unión depende la fuerza con la que los sindicatos arrebaten victorias económicas al Gobierno. Algo que esta CGT oficial no ha logrado. Hasta octubre, los sindicalistas no piensan sacar los pies del plato gremial, incluidos los aliados de Massa, como Héctor Daer y Carlos West Ocampo.
A pesar del cuarto puesto, Moyano, que fue candidato testimonial, se lleva algo: logrará que Omar Plaini (canillitas) mantenga su banca en Diputados y podrá ganar un aliado en el Senado si el petrolero Guillermo Pereyra (Neuquen) mantiene los números de las PASO en octubre. Moyano también sumaría varios candidatos a concejales bonaerense.
El camionero sigue convencido de que debe ser candidato a Presidente. Si estas elecciones no aplacan su convencimiento, la unidad de la CGT está condenada al fracaso. Un sector de la central de Caló busca que la unidad también cuente con la garantía de una CGT más apartidaria, a pesar de que algunos de sus miembros, por decisión personal o de su gremio, sean candidatos. Lo que no aceptarían es un proyecto presidencial. El camionero deberá resignar también a ser el secretario general. Los massistas aseguran que volverán a pisar la central después de octubre cuando, creen, podrán entrar ganadores con el resultado de Massa bajo el brazo. Se aplicará, seguramente, una de las máximas peronistas: lealtad al ganador, y comenzará el debate interno sobre si los cegetistas deben o no tomar distancia del Gobierno nacional.