POLITICA
la larga mano del duo politico

El poder Angelici-Richarte pisa fuerte en AFA

Ya no sólo influyen sobre la Justicia y el espionaje. También se meten de lleno en la pelea del fútbol. Pasado radical y presente en Cambiemos. Galería de fotos

SERGIO BRODSKY. Llegó a la IGJ de la mano de Richarte.
| CEDOC PERFIL

En 1982 su nombre apareció en una solicitada del diario Crónica. Firmada por las Juventudes Radicales Secundarias, un intento de organización que Darío Richarte impulsaba desde el colegio Nacional 9 de Flores, el texto reclamaba la apertura democrática. A partir de 1983 Richarte armó la Franja Morada en la Facultad de Derecho de la UBA. Con perfil y protagonismo mucho más bajos, Daniel Angelici militó en la Juventud Radical por aquellos años. Unos 30 años más tarde, los roles de estos radicales-macristas se invirtieron: Richarte actúa en las sombras para un Angelici muy visible y presidente de Boca.

Desde que Mauricio Macri llegó a la presidencia, ambos consolidaron una aceitada sociedad política: influyen sobre la justicia, la ex SIDE (Richarte fue su número dos y director en la práctica) y ahora también sobre la alborotada AFA, donde entró como veedor al abogado richartista Sergio Brodsky.
A principios de enero, cuando se apuraba el reparto de cargos vacantes, el dúo Angelici-Richarte eligió quedarse con un espacio que, a priori, no parecía demasiado atractivo: la Inspección General de Justicia.

La IGJ depende del Ministerio de Justicia (a cargo de Germán Garavano, suerte de adversario interno de Angelici) y su función de “registrar y fiscalizar a las sociedades comerciales, sociedades extranjeras, asociaciones civiles y fundaciones”. Para ese puesto, el macrismo asignó a un abogado que pertenece desde hace dos décadas a la cartera informal de Richarte.

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Ex militante de Franja Morada, Sergio Brodsky fue ex subsecretario de la Facultad de Derecho de la UBA durante la gestión de Richarte como vicerrector de la Universidad. En 2001, mientras Richarte era el subjefe de la Secretaría de Inteligencia del gobierno de la Alianza, Brodsky fue Director de la llamada Oficina de Transparencia Sindical, dentro del ministerio de Trabajo, por entonces a cargo de Patricia Bullrich.

En los últimos años del kirchnerismo, el desempeño algo arbitrario de la IGJ en los casos de Hotesur y Ciccone (por el que terminó procesado el ex vicepresidente Amado Boudou) había evidenciado la importancia política de ese organismo. Ahora, tras la decisión de realizar una suerte de intervención en la Asociación del Fútbol Argentino, el tamaño de su influencia quedó definitivamente expuesto.

Si bien Brodsky asegura que no hay presiones (angelicistas) detrás de su decisión, la entrada de la IGJ en la AFA generó el pataleo de Hugo Moyano, presidente de Independiente y uno de los candidatos que pugnan por quedarse con el sillón de Grondona. Para el cegetista, Angelici intervino directamente en la AFA. Y según la veedora designada por la justicia en la sede de calle Viamonte, Alicia López, la jugada de Brodsky es una “picardía del gobierno”.

A Angelici lo conocía hace muchos años cuando él estudiaba abogacía y yo era subsecretario académico. Charlé con él un par de veces sobre política, pero no me une a él ninguna relación personal”, afirmó Brodsky, en un intento (en parte genuino) por despegarse del presidente xeneize. El verdadero contacto de Brodsky es con Richarte, quien a su vez es uno de los vicepresidentes de Boca.

“Desde que entró a la Facultad, no fue por el negocio de las fotocopias: se propuso manejar la justicia”, afirma un ex compañero de militancia de Richarte. Antes de entrar a la SIDE delaruista, Richarte fue presidente del Centro de Estudiantes y secretario general del rector de la UBA, Oscar Shuberoff.

Durante el kirchnerismo, se mantuvo como un engranaje del sistema que iba de Comodoro Py a la SIDE. Resultó funcional a ese stato quo: fue autor intelectual del ascenso de fiscales y jueces (el destituido Federico Faggionato Márquez, por citar uno) y abogado de Amado Boudou, hasta que Cristina Kirchner rompió con la vieja guardia de espías y operadores que encabezaba el agente Jaime Stiuso.

Antes de pegar el salto al macrismo, Richarte tuvo sus quince minutos massistas: en 2014 se imaginaba como ministro de Justicia, bajo la presidencia de Sergio Massa. Y si bien no se le dio, su poder hoy crece de la mano del angelicismo.

En la Agencia Federal de Inteligencia (ex SIDE), Richarte ubicó como director de Finanzas al contador Juan José Gallea, quien había ocupado ese mismo cargo en tiempos de la Alianza. Ahora, la larga mano del dúo llegó hasta el manejo del fútbol.

De la Justicia al Congreso

Además de la entrada de Sergio Brodsky a la AFA, dos designaciones recientes se cruzaron con el eje Richarte-Angelici. “Tuve el honor que Angelici me invitara a participar de la comisión directiva y estoy feliz”, afirmó el nuevo ministro de Justicia bonaerense, Gustavo Ferrari. Ex mano derecha de Francisco de Narváez, Ferrari intentó relativizar la influencia del presidente de Boca en su designación, pese a su actual cercanía con Angelici.

Por otro lado, el senador radical por La Pampa, Juan Carlos Marino, será el presidente de la Comisión Bicameral del Congreso encargada de supervisar a la Agencia Federal de Inteligencia, un mundo familiar para Richarte. Marino es un dirigente cercano a otro radical mítico y viejo conocido de Richarte: Enrique “Coti” Nosiglia. En la interna de la UCR ochentosa, Richarte tenía más afinidad con el sector de Jesús Rodríguez que con el del “Coti” Nosiglia. Esas pulseadas alfonsinistas, sin embargo, hoy día (casi) no tienen vigencia.