A sala llena, este martes 14 de marzo arrancó el juicio contra Américo Balbuena, el espía de la Policía Federal que se hizo pasar por periodista y estuvo infiltrado durante más de una década en la Agencia de Noticias Rodolfo Walsh.
De entrada, el Tribunal encabezado por el juez federal Daniel Rafecas rechazó un planteo de nulidad y otro de prescripción de la acción penal presentado por su defensa, al tiempo que también se opuso in limine a un cuestionamiento por temor de imparcialidad vinculado a su candidatura como procurador general.
La primera audiencia del juicio en la que también están acusados por abuso de autoridad y violación de deberes de funcionario público Alejandro Sánchez y Alfonso Ustares, sus jefes en la División Análisis de Seguridad Interior de la Policía Federal, arrancó a las 12.30 en Comodoro Py. Tras la lectura de la acusación, la defensa de Balbuena realizó un planteo de nulidad de la elevación a juicio y otro de prescripción de la acción penal.
Entre otras cosas, argumentó que “la forma en que se inició la causa implica una violación del secreto de Estado”, porque a su entender “los agentes de inteligencia tienen la obligación de mantener ese secreto al punto tal que ni sus familiares deben conocer esa condición”.
Al tomar la palabra, la querella representada por el abogado Matías Aufieri sostuvo que Balbuena “no tenía obligación legal” de buscarse un trabajo para justificar sus ingresos y ocupación ante la sociedad.
Balbuena, presente en la audiencia junto a los otros dos acusados, es investigado por violación de deberes de funcionario público y abuso de autoridad por haberse infiltrado en la Agencia Walsh durante 11 años y por indicación de Sánchez y Ustares, su superiores en la PFA. Haciéndose pasar como periodista, este espía logró hacerse de información acerca de decenas de organizaciones sociales, políticas, sindicales, estudiantiles y de Derechos Humanos a través de coberturas de actividades a las que, según el requerimiento de elevación a juicio, llegaba primero y se iba último.
Tras escuchar el planteo de la defensa, el rechazo de la querella y de la fiscalía representada por Ariel Quety, Rafecas optó por rechazar los planteos de la parte acusada.
Un curioso planteo contra Rafecas y Bregman
Todavía en el repaso de las cuestiones preliminares, la defensa de Ustares y Sánchez pidió la palabra para incorporar un planteo de recusación de Rafecas por “temor de parcialidad” a partir de su postulación por parte del Poder Ejecutivo para cubrir el cargo de procurador general de la Nación, que desde hace tres años el Frente de Todos no puede hacer avanzar en el Senado.
Pero lo más llamativo fue cuando la defensa manifestó que el temor de parcialidad se explicaba a partir de que la querella es integrada por la abogada Myriam Bregman, que también cumple funciones como diputada nacional del Frente de Izquierda. El temor de basaba en la posibilidad de que Bregman deba votar en el Congreso a favor o en contra de la candidatura de Rafecas.
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Parte del público en la sala se miró a los ojos y expresó su sorpresa ante el planteo, ya que se sabe que la Cámara de Diputados no interviene en el proceso de designación del titular del Ministerio Público Fiscal (MPF). Pero rápidamente el juez tomó la palabra y avisó que lo iba a rechazar in limine.
“La diputada Bregman forma parte de la Cámara de Diputados de la Nación. El pliego (para la Procuración) efectivamente está desde hace tres años ya que el actual presidente lo impulsó y llevó al Parlamento para cubrir la vacante, pero el mecanismo constitucional previsto no atañe a la Cámara de Diputados sino al Senado”, abrió Rafecas.
“El pliego se encuentra en el Senado y eventualmente en el futuro podrá ventilarse y debatirse en el marco del Senado, no en la Cámara de Diputados”, ratificó. Para cerrar, respecto de la vinculación con Bregman, Rafecas dijo que “la diputada no pertenece a ninguno de los bloques decisivos en la materia (NdR: pertenece al bloque de Izquierda) por lo tanto vamos a rechazar in limine ese planteo”.
Balbuena pidió declarar en otra audiencia
Una vez superada la primera etapa de la audiencia, el juez le ofreció a los acusados la posibilidad de declarar. Tanto Balbuena como Ustares se sentaron en el banquillo y ratificaron sus declaraciones indagatorias pero avisaron que preferían declarar más adelante, dentro del juicio.
Sin embargo, Sánchez optó por declarar: primero aclaró que fue pasado a disponibilidad en la fuerza para garantizar la investigación del caso y después le acercó a las partes una carpeta con material de prueba, según dijo, ya incorporado al expediente.
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Mostró cinco notas que intercambiaba con diferentes organizaciones políticas y sindicales en la que le pedían presencia de la PFA, después tarjetas personales que según él le dieron referentes de esas organizaciones y dio algunos ejemplos de los trabajos realizados. El objetivo: justificar el rol de la oficina que encabezaba en la PFA y mostrar una relación cotidiana con esos grupos.
“Cuidamos al cura párroco (José) Di Paola, apuntado por el narcotráfico; ayudamos a identificar en videos del caso Mariano Ferreyra y colaboramos con detenciones; nuestra gente trabajó en el relevamiento de la Av. 9 de Julio y medidas de seguridad durante los festejos del Bicentenario y ejercimos la gestión del conflicto”, declaró.
Para Bregman, este policía retirado "intentó confundir todo el tiempo entre las tareas propias que tiene asignada la Policía Federal y las tareas de inteligencia de este Cuerpo de Informaciones donde son de neto espionaje político. Trató de involucrar a todo el mundo y casi que las organizaciones les pedían que los protejan".
La declaración de los testigos
Después llegó el turno de las declaraciones de los testigos. El primero en hacerlo fue Rodolfo Grinberg, fundador de la Agencia de Noticias Rodolfo Walsh y quien invitó a Balbuena a sumarse al proyecto nacido en medio del estallido social del 2001.
El segundo testigo en declarar fue Alejandro de Massi, de FM La Tribu, la radio popular en la que Balbuena cumplió tareas antes de pasar a la agencia donde fue descubierto. Recordó, entre otras cosas, que Balbuena no apareció más por la radio a partir de que un integrante de la emisora le preguntó "si era servicio".
La audiencia se extendió hasta pasadas las 18 del martes y continuará este miércoles 14 desde las 9:30. Está prevista la declaración de María del Carmen Verdú, titular de la Correpi, del ex detenido desaparecido Carlos Lorskipanidse, del dirigente de izquierda Cristian Castillo y de Oscar Castelnovo, cofundador de la Agencia Walsh. También está prevista la declaración de Claudio Dellecarbonara, del gremio Metrodelegados.
AS / ED