La cumbre del G20 supuso, al interior del oficialismo, que el Gobierno saque a jugar a todo su gabinete, desde la primera línea de ministros a los asesores más cercanos hasta Mauricio Macri en el día a día.
Muy cerca del jefe de Estado se lo vio, en todo momento, al jefe de Gabinete, Marcos Peña, uno de los animadores de la cumbre y quien participó de las bilaterales con mandatarios. Hijo de diplomático, Peña, desde sus años de estudiante en la Universidad di Tella, ya palpaba las relaciones internacionales como una de sus preferencias en el ámbito público. Junto a él se lo pudo ver al “canciller en las sombras” Fulvio Pompeo, hombre de Peña y secretario de Asuntos Estratégicos. En la misma línea se lo vio, hiperactivo, a Jorge Faurie, el ministro de Relaciones Exteriores, quien hizo también de partenaire de Macri en todo momento.
En esta primera línea también estuvo Nicolás Dujovne, de Hacienda, quien presidió una reunión paralela de ministros de Finanzas y, además, acompañó al Presidente.
En una segunda línea los asesores presidenciales: su secretario privado, Darío Nieto, la fonoaudióloga Micaela Méndez y el vocero Iván Pavlovksy, quien además de organizar los picaditos en Olivos, también acompaña a Macri en todos sus viajes y actos. También estuvieron activos Hernán Lombardi, como organizador del evento, y el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis, con una tupida y algo descuidada cabellera. Todos con corbata, una anomalía para el oficialismo que trabaja en Balcarce 50.
En cuanto al gabinete, los organizadores le asignaron a cada ministro un presidente o primer ministro para escoltarlo en su arribo a Buenos Aires. Entre otros, se la pudo ver sonriente a Carolina Stanley (Salud y Desarrollo Social), quien recibió a Justin Trudeau (Canadá) y a Jae-In (Corea del Sur), y además habló en un encuentro de mujeres líderes sobre la paridad de género. Por su lado, Alejandro Finocchiaro (Educación), quien pudo hablar del “Futuro del trabajo”, uno de los tópicos elegidos por Argentina para el debate; y Rogelio Frigerio (Interior), quien recibió al chileno Sebastián Piñera y además se llevó el compromiso del Banco Europeo de Inversiones para financiar obras de agua potable y cloacas por US$ 80 millones por parte de Aysa. Sergio Bergman, de Medios Ambiente, y Pablo Avelluto, de Cultura, también tuvieron su agenda acorde con las temáticas de sus áreas.
También Guillermo Dietrich (Transporte), quien trabajó sobre el tema de “Infraestructura para el desarrollo” y hasta Emilio Monzó, el titular de la Cámara de Diputados, quien se dio el gusto de recibir a Pedro Sánchez, el presidente español. ¿Habrá sido premonitorio de un futuro en la embajada?
