El proteccionismo en el siglo XXI es todo un debate. Especialmente luego de haber vivido unas recientes décadas de abierta “globalización”, aunque para muchos analistas económicos, este proceso de aperturas de fronteras, solo enriqueció a algunas potencias mientras que otros países quedaron empantanados.
La historia cuenta que utilizando “creativas” variantes Estados Unidos limitó a las empresas automovilísticas que casi liquidan Detroit hace algunas décadas. También Reagan supo luchar contra los “chips” de computadoras hechos en China y hasta podríamos escribir capítulos completos de cómo se ha controlado de cerca las importaciones agrícolas por parte de los países más avanzados bajo subsidios.
Las exigencias que impone Guillermo Moreno a varias empresas internacionales que traen productos tecnológicos a efectos de que consigan mercados alternativos para productos argentinos como ser el maní, es novedosa, y ya se estudia en algunas universidades del mundo.
Recientemente el Banco Mundial ha venido declamando que desde que se produjo la última crisis del 2008, casi todos los países que integran el G-20, han impuesto medidas restrictivas en su comercio bilateral. Gran parte de la temática en el Norte también ha girado en los que se ha denominado “La Guerra de Monedas”, capítulo que aún pelea EE.UU y China a diario.
Un caso interesante a estudiar es Brasil, cuyas importaciones subieron más de un 12% debido a la fortaleza del Real el mes pasado, convirtiéndolo en el peor déficit desde 1973. Hoy el vecino país depende de todo el agro que le pueda comprar China. Hace pocos días, Paulo Skaf, presidente de la asociación de industriales del Brasil inclusive llegó a decir “que ojalá tuvieramos en Brasilia a un Guillermo Moreno”.
Pero Moreno no está solo en su forma de pensar. Uno de los pensadores económicos más reconocidos, el coreano Ha-Joon Chang de la Universidad de Cambridge –y actual asesor del presidente Correa del Ecuador- ha venido sosteniendo que los países centrales aplican políticas intervencionistas y han ahogado a otras naciones menos desarrolladas. Chang, que es consultor del Banco Mundial ha escrito varios libros, y se ha convertido en el nuevo paradigma del proteccionismo a nivel académico. Sus teorías son altamente resistidas por los pensadores del Libre Comercio, otro debate que ha se ha puesto de moda nuevamente.
Es posible que durante todo el 2012 las empresas internacionales sigan protestando contra el gobierno argentino. Ya lo están haciendo en la Casa Blanca y otros espacios, exigiendo una rápida respuesta diplomática. Lo que no está claro aún es si entienden el nuevo cambio económico y los desafíos por los que pasa la economía de Sudamérica o si bien lo hacen preocupadas por un “estilo muy confrontativo” del secretario argentino.
Moreno sabe que está peleando una importante batalla. La gran victoria se verá si la población percibe que los elementos vitales que necesita aún puede conseguirlos, si las industrias pueden lograr equiparse lo suficiente para seguir operando y si el empleo se mantiene en parámetros aceptables. También recordemos que al proteccionismo lo han acusado de ser el gran culpable del inicio de las dos últimas guerras mundiales.
(*) Especial para Perfil.com