El venezolano Antonini Wilson es buen perdedor: se fue sin reclamar nada
El caso de la valija de Aeroparque tiene un detalle clave que lo hace sospechoso:
el dueño de los 800 mil dólares se fue sin reclamar nada. En Venezuela
lo vinculan al poder y, algunos, a la venta de armas.
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Cedoc
Los detalles que trascienden de las primeras explicaciones oficiales sobre el empresario Guido Antonini Wilson y las razones por las que llegó a Aeroparque en un avión pagado por el gobierno argentino, junto a varios funcionarios del gobierno argentino, con una valija con 800 mil dólares, tienen mucho de absurdo. Es más, hacen acordar a las explicaciones de Felisa Miceli sobre la casa que pensaba comprar, sin haber visitado propiedades ni inmobiliarias, y guardando dinero en su baño.
Cuesta entender como, tanto el presidente de ENARSA Exequiel Espinoza, el titular del Órgano de Control de Concesiones Viales (OCCOVI), Claudio Uberti y Victoria Bereziuk, personal de relaciones públicas y de apoyo administrativo de ENARSA, desconocían por completo a Antonini Wilson. Y si se diera por seria una situación así, con un empresario que nadie conoce viajando en un avión oficial, resulta aún más inexplicable que el propio venezolano no haya intentado defenderse legalmente en Aeroparque y se haya marchado del país a las 24 horas.
La propia fiscal del Fuero Económica María Luz Rivas Diez admitió ayer que "de las actuaciones que me llegaron del personal de Aduanas, no surge ninguna explicación que el señor Antonini Wilson haya dado sobre el dinero en su valija". Hay que pensar, entonces, en que el empresario venezolano llegó, le sorprendieron el dinero, no dijo para que lo traía, no intentó defensa alguna, al día siguiente se fue a Montevideo y de ahí a su país.
Guido Alejandro Antonini Wilson, de 46 años, es conocido en Venezuela por su "cercanía con quienes manejan las finanzas públicas" y en algunas publicaciones hasta lo han relacionado con la ventas de armas. ¿Cuál es la verdad sobre los 800 mil dólares? La única certeza es que el dinero no debe importarle mucho a Antonini Wilson, ya que ni siquiera se quedó a esperar que le devolvieran la mitad (lo que restaba de la "multa") y se fue a su país.
