La figura de Amado Boudou genera miedo y desconfianza en buena parte del gabinete. Temor, porque suele extralimitarse en sus discursos. Un ejemplo: el primer día que estuvo a cargo del Poder Ejecutivo aprovechó el atril que suele usar Cristina en los actos del Salón de las Mujeres de la Casa Rosada para ganar protagonismo.
Desconfianza, porque es una figura que está en el ojo de la tormenta judicial por el caso Ciccone y por presunto enriquecimiento ilícito. En el entorno del vicepresidente están preocupados por el accionar judicial. Dicen que los tiempos se aceleran por la situación política que vive el Gobierno.
La derrota en la provincia de Buenos Aires puede ser un indicador de hacia dónde se moverá Comodoro Py de acá en adelante. A cargo de la presidencia, le saltó otro escándalo: un ex socio de José María Núñez Carmona –que a su vez es socio de Boudou– confesó que lo amenazaron de muerte por una deuda que él reclamaba por la venta de su empresa.
Sin embargo, el mayor temor que tuvo Boudou antes de asumir fue el rechazo social. Creyó ver en el programa de Jorge Lanata, Periodismo para todos, el último domingo, una instigación a que se hiciera un cacerolazo en su contra en las puertas de la Casa Rosada, algo que finalmente no ocurrió. “Intentaron un golpe de Estado”, describieron fuentes gubernamentales, siguiendo la reiterada pelea del Gobierno con el Grupo Clarín.
El vice a cargo de la presidencia conoce sus limitaciones. Sabe que en las encuestas tiene una tenue imagen positiva, y por orden presidencial no se meterá ni un milímetro en la campaña bonaerense, para no dañar la imagen del candidato a diputado nacional, Martín Insaurralde. Así, quien quedó como jefe de la campaña fue el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, que ya monopolizó la publicidad y los spots con su consultor personal, Ernesto Savaglio. Pero con todas en contra, la apuesta de Boudou es recuperar la relación con Cristina Kirchner, que quedó salpicada por el caso Ciccone. Boudou era uno de los preferidos de la Presidenta e incluso, antes del escándalo, se hablaba de la posibilidad de moldearlo como su sucesor. Todo se vino abajo con las denuncias en la Justicia.
Mientras tanto, pelea por ganar respeto. A Boudou lo bajaron de un acto en Tandil el martes, y no le permitieron anunciar un acuerdo con el Ciadi por el cual se garantiza el pago de indemnizaciones a cinco empresas, lo que posibilitó el acuerdo con el Banco Mundial. Sí realizó viajes programados que tenía la Presidenta.
El jueves fue a Catamarca y ayer a Tecnópolis primero, y a El Calafate después. El lunes estará en Córdoba y el martes en Chascomús, siempre lejos del conurbano bonaerense. La agenda se la seguirá manejando el secretario general, Oscar Parrilli, y las órdenes las recibirá de Carlos Zannini, el secretario de Legal y Técnica.