La pulseada de Cambiemos en Córdoba está al borde del desacato a la autoridad presidencial. Si bien Marcos Peña les pidió a los radicales en pugna que resolvieran sus diferencias sin la necesidad de ir a una elección interna (en esa provincia no hay PASO), la UCR sigue sin tomar partido entre sus dos precandidatos a gobernador: el diputado y jefe de bloque Mario Negri vs. el intendente de la capital cordobesa, Ramón Mestre. Así, el Gobierno marcha hacia el desenlace que quiso eludir desde un principio: una competencia entre ambos, bajo riesgo de que el desgaste favorezca la reelección de Juan Schiaretti.
Sin sacarse una diferencia decisiva en las encuestas, tanto Negri como Mestre se mantienen firmes en sus ambiciones y sus campañas. Con la elección adelantada al 12 de mayo, queda poco tiempo para evitar la interna cambiemista. La votación (no obligatoria) se realizaría el 17 de marzo.
Desde Casa Rosada coquetearon con una suerte de amenaza: la posibilidad de que Macri concretara un dedazo (¿en favor de Negri?), en caso de que no hubiera acuerdo entre ambos radicales. Pero Mestre no se muestra dispuesto a bajarse. “Ni lo evaluamos. No sufrimos presiones de ningún tipo. Y sabemos que tampoco las vamos a recibir porque en la Rosada no son irrespetuosos”, advierten cerca del intendente capitalino. Además desmienten que haya existido un acuerdo para definir la candidatura en base al resultado de las encuestas sobre intención de voto. “Voy a ser gobernador de Córdoba. No tengo ningún interés en ir a Buenos Aires, ni quiero un cargo nacional”, se plantó Mestre. Y a la pasada cruzó a Negri: “Yo no estoy desde el 83 colgado de un cargo público”.
Tampoco el diputado radical analiza correrse. Ni siquiera el gobernador de Mendoza y presidente de la UCR, Alfredo Cornejo, está muy interesado en interceder. Pese a que Macri se lo pidió directamente, durante la visita de Cornejo al Country Club Cumelén de Villa La Angostura, el mendocino no se ve en condiciones de imponer una decisión.
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“Podemos mediar, pero no vamos a ordenar nada. Además la Rosada también juega, no es un tema exclusivamente radical”, afirman cerca de Cornejo. Se refieren a los alineamientos macristas que se reparten entre Mestre y Negri. Por ejemplo: el ex árbitro, diputado y PRO puro, Héctor Baldassi, es candidato casi puesto para ser el vice de Negri. Elisa Carrió también hace fuerza en público por el diputado, uno de los pocos radicales con los que tiene buena relación.
En el bando de Mestre, su compañero de fórmula podría ser el diputado macrista Gabriel Frizza o la senadora Laura Rodríguez Machado. Mestre a su vez se jacta de contar con los apoyos del PRO orgánico de Córdoba, de la mayoría de los 138 intendentes radicales de la provincia y del presidente del bloque macrista en diputados, Nicolás Massot, quien mantiene un silencio cauteloso.
En el caso cada vez más probable de que se arme la interna, se frustraría el plan inicial del peñismo: que el método de acuerdo cordobés, pacífico y sin competencia electoral, funcionara de ejemplo para las otras provincias que no tienen PASO, como Tucumán y La Rioja.
Ese desenlace evidenciaría una debilidad política: después de haber alcanzado el 74% en el ballottage de 2015, y de haber ganado con el 48% en las legislativas de 2017, el macrismo no logró ordenar a su espacio en Córdoba. En la segunda provincia con más votantes (con casi el 9% del padrón), Schiaretti sigue ligeramente puntero en las encuestas. El peronismo de Schiaretti y Juan Manuel de la Sota (muerto en septiembre pasado) gobierna desde hace veinte años.
