Para la Casa Rosada, no hay rédito político. No solo por el fallido operativo de seguridad del velorio de Diego Maradona. El Gobierno pierde un fiel defensor de su gestión y el desconsuelo de una gran parte de la sociedad por su muerte se suma a un escenario ya desfavorable de descontento social para un Gobierno que atraviesa una crisis económica en la que los incipientes signos de recuperación están aún lejos de llegar a la ciudadanía.
La televisión encendida en un despacho de Balcarce 50 mostraba imágenes de hinchas llorando. “Hay que tener cuidado con el ‘efecto bajón’”, dijo un funcionario señalando la pantalla. Llegaban miles y miles de fanáticos para despedir al astro del fútbol, muchos de ellos desde el Conurbano bonaerense en donde el impacto del Covid muestra los peores números en contagios y fallecidos pero también en los efectos económicos: la pobreza afecta al 47,5 % de su población.
“Se llevaron una parte de mi vida”, “estoy muerto yo también”, “se fue un pedazo de mi alma”, “me deja un dolor eterno”, “te voy a sufrir toda mi vida”, son parte de los testimonios que el Gobierno le prestó atención. “No puede haber más malas noticias para ellos. Si ya sabíamos que teníamos que contenerlos, ahora aún más”, admitieron desde Balcarce 50.
“Nos acusaron de querer sacar rédito político con el velorio. ¿Qué rédito político queríamos sacar? Si no había dudas de que Maradona apoyaba a Alberto y Cristina y encima tenía una fuerte disputa con el líder de la oposición Mauricio Macri, quien hace poco lo criticó fuertemente junto a la Vicepresidenta”, dice un funcionario. Y agrega: “No hay ningún rédito posible con su muerte, perdimos al tipo más popular que defendía incluso muchas cosas que los propios dirigentes no defienden”.
Diego Maradona apoyó la gestión de Alberto Fernández hasta pocos meses antes de morir. No solo siguió la campaña electoral de cerca y visitó al Presidente en la Rosada el 26 de diciembre, sino que también apoyó distintas iniciativas del Gobierno. Las últimas dos fueron la reestructuración de la deuda y el Aporte Solidario y Extraordinario.
Cuando se retrasaba el tratamiento del Impuesto a la Riqueza, el diez levantó el teléfono y le preguntó a su amigo el diputado Nicolás Rodríguez Saá qué pasaba y pidió más detalles sobre el proyecto. Quería que avance y en septiembre lo hizo público: “Le pido a Dios que se apruebe la ley de Aporte Solidario de Grandes Fortunas. Porque en este momento de crisis, se necesita de la ayuda de los que más tenemos. Yo perdí a mi cuñado por Covid, y sé lo que es no poder despedir a un ser querido. Yo sé lo que es no tener para comer. Por esto estoy a su disposición presi”, dijo sobre la iniciativa impulsada por Máximo Kirchner y Carlos Heller que ya tiene media sanción.
Durante los últimos meses de pandemia, también había iniciado una tarea silenciosa en el Conurbano: firmaba camisetas para que distintos comedores y ollas populares pudieran sortearlas y así recaudar dinero para la compra de alimentos. Siempre lo hacía a través de agrupaciones peronistas que elegía junto a Rodríguez Saá, con quien fortaleció el vínculo durante la pandemia. Se habían conocido por un amigo en común cuando les faltaba un integrante para un partido de truco y lo invitaron a su casa de Bella Vista.
La última conversación de Maradona con el Presidente fue en los días previos a que el coronavirus llegue a la Argentina. Sin la pandemia como principal preocupación, la conversación la copó el fútbol y, sobre todo, su rol en Gimnasia y Esgrima de La Plata. Le pidió que no haga descender a este club, especialmente por Cristina Kirchner. La relación con la Vicepresidenta era aún más estrecha y la última charla fue el 30 de octubre, para su cumpleaños.
CFK: “El amor incondicional de un pueblo”
El 30 de octubre, Cristina Kirchner llamó a Diego Maradona. Fue una conversación breve en la que la ex presidenta y el astro del fútbol hablaron de Gimnasia y Esgrima de La Plata y se expresaron mutuamente lo mucho que se querían. El diez también le dijo que cuente con él para lo que necesitara. Ya habían sido señalados por Mauricio Macri por irracionales, pero esto no formó parte de la charla.
La muerte de Diego hizo que Cristina vuelva a Balcarce 50. Se trató de la tercera vez que pisó la Casa de Gobierno durante la gestión. Las dos anteriores fueron el día de la asunción y el momento en que se anunció la reestructuración de la deuda.
La vicepresidenta ingresó a la Rosada minutos antes de que comenzaran los incidentes. Dejó sobre el féretro un rosario y en su charla con Claudia Villafañe buscó convencer a la familia de que el velorio se extienda más allá de las 16 como estaba previsto y recordó la muerte de Néstor Kirchner y la necesidad de los ciudadanos de despedirlo. En ese entonces, cuando aún los hinchas no habían copado por la fuerza el lugar, se decidió alargar el velorio por tres horas más.
Ayer, la ex jefa de Estado volvió a despedir a Maradona a través de las redes. “El amor incondicional de un pueblo”, escribió sobre un video que la agrupación La Cámpora le dedicó. El miércoles, día del fallecimiento, había escrito: “Mucha tristeza…Mucha. Se fue un grande. Hasta siempre Diego, te queremos mucho. Enorme abrazo a sus familiares y seres queridos”.
El amor incondicional de un Pueblo. https://t.co/o4t2cuBRs7
— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) November 28, 2020
