El Gobierno va a mantener inalterable la estrategia de buscar acuerdos con los gobernadores y el peronismo en el Congreso. Pero más por necesidad que por convicción. La falta de mayorías en ambas cámaras obliga a la administración Cambiemos a negociar ante cada proyecto en debate y esa situación de debilidad llevó a que muchas voces oficiales empezarán a pensar mecanismos para fortalecerse en la discusión.
“Del otro lado quedó claro que no quieren negociar nada, los tenés que sentar luego de castigarlos”, sostiene una fuente gubernamental que celebraba la estrategia de Mauricio Macri de emparentar a todo el PJ con Cristina Kirchner. Es uno de los aspectos que tiene a su favor el Gobierno en la negociación. La imagen de la ex presidenta sigue siendo un motivo de discordia, tanto en la opinión pública como hacia adentro del peronismo.
“Lo de esta semana no rompió la dinámica de buscar acuerdos, pero si el peronismo va hacia Cristina significa que el sistema se va a polarizar y va a haber más confrontación”, razona una de las espadas legislativas de Cambiemos, quien agrega: “Los gobernadores lo único que hicieron es darle mensajes contradictorios al Gobierno”.
Hacia afuera, los sectores más negociadores de la Rosada buscan poner paños fríos y aventuran un escenario menos conflictivo. “A ellos no le va a convenir quedar pegados a Cristina”, aseguran. Reconocen que el mensaje de Macri terminó de unificar al bloque de Miguel Pichetto, pero saben que a la larga hay muchos gobernadores y senadores que no quieren quedar encasillados en ese lugar.
Herramientas de negociación. No es solo emparentando a todo el PJ con Cristina cómo en la Rosada evalúan presionar a los gobernadores (y por su intermedio a los senadores). En la mesa política que se reúne todas las semanas en la Casa Rosada se habló de dar una vuelta de página a la derrota legislativa lo más rápido posible y arrancar una nueva etapa. “Con más política y menos ingenuidad”, analizó uno de los presentes.
¿Qué significa eso? Negociar desde sus fortalezas. “Hoy los márgenes de negociación los tenemos más acotados”, reconocen en Gobierno. Es que las cuentas fiscales de la mayoría de las provincias están mucho más ordenadas que la de Nación, en gran parte por cambios que se hicieron en el reparto de la coparticipación en los últimos dos años. El Ejecutivo, como todos los gobiernos anteriores, puede negociar, por ejemplo, con la autorización a las provincias para tomar deuda. Otras opciones son el financiamiento que algunas provincias reciben a través de fondos fiduciarios para cubrir algunos agujeros, o trabar los adelantos de coparticipación que se giran al principio de cada mes. “Nadie se salva solo”, afirman.
En el Gobierno hacen alarde de sus diferencias en el respeto al federalismo en comparación al kirchnerismo. Pero no descartan que deban recurrir a estar herramientas si la conflictividad política aumenta. ¿Con la obra pública también se meterían? “Macri no acepta, quiere que todas se terminen”, responden, dando a entender que esa opción ya fue barajada.