Era hora: renunció la esposa de De Vido en la SIGEN
El Boletín Oficial publicó el decreto que acepta la renuncia de
Alessandra Minnicelli, como síndica adjunta del organismo
que controla lo que hace su marido en Planificación.
Estaba desde la asunción K, en 2003.
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Cedoc.
Alessandra Minnicelli, esposa del ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, renunció al cargo de Síndica General Adjunta de la SIGEN, según el Decreto 1707/07 publicado en el Boletín Oficial de la Nación en el día de la fecha.
Minnicelli, quien se desempeñó como Síndica Titular del Área de Legalidad-Comisión Fiscalizadora Servicios Públicos Sociedad del Estado en la provincia de Santa Cruz desde 1994 a 2003, asumió en la Sindicatura General de la Nación después de que el presidente Néstor Kirchner llegara a la Casa Rosada.
La Síndica Adjunta dejará su cargo en la SIGEN el 10 de diciembre, día que Kirchner le entregará la banda presidencial a su esposa, Cristina Fernández, quien se erigirá como la primera mujer electa Jefa de Estado en la historia de la Argentina.
Asimismo, pese que la renuncia de la esposa de De Vido salió publicada en el Boletín Oficial, desde la SIGEN señalaron a perfil.com que la noticia todavía no fue informada puertas adentro del organismo y que no conocen las causas de su dimisión al cargo.
Inicio de ataques. La designación de Minnicelli como síndica adjunta de la Nación provocó críticas en la dirigencia política, puesto que la mujer de De Vido era en los papeles una funcionaria clave del organismo que debe controlar, entre otros asuntos, las obras que se llevan adelante desde la cartera que comanda su marido.
En su momento, el titular de la SIGEN Alberto Iribarne –luego designado ministro de Justicia-, señaló que Minnicelli no iba controlar ninguna tarea a cargo del Ministerio de Planificación, asegurándose la transparencia del organismo.
Cuatro años después, luego de la tormenta por los procesamientos (que continúan) por denuncias contra funcionarios del Ministerio de Planificación, Minnicelli presentó la renuncia que fue aceptada por el gobierno de Néstor Kirchner, que intenta de esta manera ahorrarle un conflicto a Cristina.
