La titular de la asociación Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, tildó esta semana al presidente, Mauricio Macri, de “corrupto”, y aseguró que quieren “sacar del campo de lucha, anular, y llévar a la cárcel” a la expresidenta, Cristina Fernández de Kirchner. “El primer corrupto es el Presidente porque él no podría haber asumido en su cargo porque estaba imputado y arregló para poder asumir. Se sabe lo que hizo el padre con el Correo y se sabe que él tiene cuentas offshore”, expresó en declaraciones al periódico Buenos Aires Times.
“¿Que quieren hacer con la ex presidente Cristina Fernández? Sacarla del campo de lucha, anularla, llevarla a la cárcel donde tenemos presos políticos como Carlos Zannini, quien no tienen ninguna causa sino una presunción que puede entorpecer no sé qué, cuando es un tipo que vive acá. Eso no lo digo yo, lo dicen los juristas. Lo mismo con Julio De Vido y Amado Boudou, recién liberado. Tenemos a Milagro Sala, un caso infernal. Ojalá fuera distinto”, aseguró.
Consultada sobre la relación del actual mandatario con los organismos de Derechos Humanos, Carlotto dijo: “Él cuando hizo su campaña prometió pobreza cero; que la grieta se iba a cerrar; y menos narcotráfico. Tenemos más pobres que nunca y la grieta está cada vez más grande. La abren ellos porque lo que están haciendo a la oposición o a los kirchneristas es brutal. Y narcotrafico hay que cada vez más. Entonces, mintió desde el vamos”.
Además, agregó: “No es que deseáramos que (Macri) mintiera. Dijimos, ‘bueno vamos a ver que hacer con DDHH’, con el antecedente de que fue por ocho años jefe del Gobierno de la Ciudad y jamás nos recibió. Vimos a Diego Santilli, a Claudio Avruj, a Gabriela Michetti, pero a él no. Entonces ¿qué personaje es ese que va al exterior a reuniones importantísimas y que le sale hablar de fútbol con Putin? Hay algo que está fallando gravemente porque la deuda externa aumenta y los sueldos no alcanzan para una vida digna”.
Por otro lado, Carlotto se refirió a las fuerzas de seguridad y al rol de la ministra Patricia Bullrich. "Se está reenviando la teoría del enemigo interno, la teoría de los dos demonios. Si la Ministra de Seguridad dice que a un policía o un Gendarme, haga la acción que haga, no hay que juzgarlo porque no somos quien para juzgarlos, está dando vía libre a todos los desastres que puedan cometer personas que aprietan el gatillo y después preguntan. Lo que hicieron con este muchacho que mató por la espalda a un delincuente, de felicitarlo, fue una cosa extrañísima con una persona que está siendo juzgada y condenada".
Además, aseguró que el gobierno actual “va a pagar un costo por esta tontería”.
Cercanía K. La titular de Abuelas se refirió, también, a “la utilización” de los organismos de parte de las gestiones de Néstor Kirchner y Cristina Fernández. “En realidad, yo creo que el costo lo está pagando el gobierno actual cuando cree que nosotras (las Abuelas) fuimos usadas por el gobierno anterior y cuando nos tratan de tontas. Es al revés. Nosotros usamos al Gobierno porque no nos subordinamos sino que hacíamos lo que creíamos que teníamos que hacer como institución. El hecho de querer ponernos como usadas por el gobierno anterior nos molesta mucho”.
Según confió Carlotto, "había una relación de amistad (con los Kirchner), de puertas abiertas, que no es que nos usaron, nos abrieron las puertas, nos respondieron, se agilizó todo el tema, abrieron espacios de memoria, se descolgaban cuadros". "¿Eso qué es? ¿Que nos usó a nosotros o al revés? Es querer mentir de ponernos en el lugar de víctimas estúpidas usadas por un gobierno. Si hay que usar la palabra 'uso', es al revés. Nosotros usamos al gobierno que nos abrió las puertas. Sin olvidar nunca que Néstor y Cristina eran militantes junto a nuestros hijos. El idioma que hablamos era el mismo", siguió.
No obstante, no comparte la misma sensación con la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini. "Yo tengo un antes y un después con Bonafini. Somos madres dolientes y nacimos para una lucha desconocida, y nos conocimos, trabajamos juntas, éramos todas iguales, aprendiendo. Después cambió mucho y entonces ya ese antes es antes y hoy no hay relación porque no compartimos su forma, sus hábitos, sus costumbres, sus decires", consideró. "Y su conducta porque yo creo que no la juzgaría ni la condeno, simplemente no comparto su vocabulario y las ofensas a las que nos somete. Entonces la respeto por su dolor, perdió dos hijos y una nuera. La respeto por su lucha porque es coherente. Pero no por su forma de ser", concluyó.