El proyecto del Parlasur impulsado por el oficialismo esconde una estrategia para que Cristina Kirchner sea consagrada como la “gran electora”: si se aprueba en el Congreso antes de las fiestas –como se espera–, la jefa de Estado encabezaría la lista de 19 cargos del Parlamento del Mercosur en las primarias de agosto, en todas las listas que compitan en la interna del Frente para la Victoria.
El objetivo es sacar más votos que su principal candidato presidencial, Daniel Scioli. En la Casa Rosada, calculadora en mano, hay funcionarios que se entusiasman. Sostienen que hoy CFK tiene una adhesión que supera el 40%. Si Scioli saca un porcentaje cercano al 30%, Cristina podría sumar sus votos y los del resto de candidatos que compitan en la interna, como Florencio Randazzo. Y así, al acercarse al 40%, podrá plasmar la idea que su hijo Máximo transmitió en el acto de Argentinos Juniors: “Las elecciones no se ganan con candidatos, se ganan con Cristina”. Una vez sorteado el paso de las internas, la Presidenta irá a una elección general. Podría terminar su mandato con un “urnazo” que la convierta en la candidata más votada de todos los espacios. Sobre todo, porque la oposición salió a desmentir una lista única para competir con la Presidenta en la elección de representantes del Parlasur. Como no puede ser reelecta, la estrategia de ir al Parlasur la dejaría con una importante cantidad de votos para irse del Gobierno con poder electoral.
Fueros. Claro que, además de los votos, Cristina Kirchner quiere conseguir los fueros con los que la beneficia el cargo. El juez federal Claudio Bonadio la investiga por abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público por irregularidades en la empresa Hotesur, administradora de sus hoteles, manejada por su sobrina, Romina Mercado. Y avanza a paso firme. Hasta ahora, obtuvo mediante allanamientos y requerimientos los balances de la firma y las declaraciones juradas de la familia presidencial y las del empresario oficialista Lázaro Báez.
“Si Cristina saca más del 40%, le podrá decir a Scioli que ella fue la que lo convirtió en presidente”, confió a PERFIL un importante funcionario de la Casa Rosada. Si Scioli pierde en una segunda vuelta –el Parlasur no la tiene–, quedará como la dirigente de la oposición con mayor cantidad de votos y, por lo tanto, como su jefa. Pero varios funcionarios consultados por este diario se mostraron esperanzados en que no habrá segunda vuelta porque, analizan, el arrastre de Cristina será determinante. “Desde 1994 para acá, nunca hubo segunda vuelta”, recuerda un memorioso del PJ. No cuenta con que Néstor Kirchner fue al ballottage trunco, porque Carlos Menem se abstuvo de participar, para evitar una derrota catastrófica.
El dictamen del proyecto oficial, redactado por el apoderado del PJ, Jorge Landau, sostiene que las elecciones del Parlasur irán anexadas a las internas, algo que no estaba en el proyecto original. Se votará en Diputados el martes y en el Senado posiblemente el 23. Pero no está todo dicho. Ayer, el senador Aníbal Fernández descartó la idea de que Cristina sea candidata. “Sería como tirarle un misil a una hormiga”, ironizó. Hasta ahora, Cristina no bendijo a ningún candidato, y es probable que no lo haga.
Scioli y Randazzo son hoy los que tienen más chances de competir en la interna. Todos los precandidatos –son siete– saben que tiene que haber un solo contrincante contra Scioli para intentar desbancarlo. La estrategia del kirchnerismo es que llegue al poder condicionado. Esto es, a través de los votos de Cristina Kirchner y con las listas de legisladores armadas en la Casa Rosada. No descartan, incluso, imponerle un vicepresidente.