El ex secretario privado de Cristina Fernández de Kirchner, Isidro Bounine, cobró más de 70 mil pesos a varias empresas pertenecientes al empresario kirchnerista Cristóbal López además de ser contratista del Estado, según indican unos documentos publicados por el portal Tangoelaks.
No es la primera vez que se da a conocer que allegados al kirchnerismo obtienen grandes sumas monetarias de empresas que negocian con el Estado nacional. Se trata de una práctica criticable pero que no representa un delito a excepción de que existiera un conflicto de interés entre compañías privadas que realizan pagos y los ex funcionarios o parientes de funcionarios que cobran.
Según precisa el sitio web, Bounine facturó más de 70 mil pesos en un mes a la empresa La Corte de López, productora y usina de imágenes K, y otras empresas de su propiedad. A su vez, es contratista del Estado, por “servicios de noticias y alertas web”.
Bounine es hijo de la niñera que tuvo Florencia Kirchner en su infancia. Fue secretario privado de la jefa de Estado hasta el año 2011, cuando fue sustituido por Martín Aguirres. Su salida se debió a una imputación en su contra por presunto enriquecimiento ilícito. Su patrimonio creció un 5.435 por ciento desde que asumió en su cargo en 2005.
Cuando ingresó al Gobierno para asistir al ex presidente Néstor Kirchner declaró tener sólo $ 15.000 en efectivo, mientras que en 2008, ya como asistente personal de la actual Presidenta, reconoció poseer $ 830.254, según reveló una investigación de la revista Noticias que detonó la denuncia contra él. En abril del 2011, Bounine fue sobreseído por el juez federal Claudio Bonadio. Ese mismo año pasó a integrar la empresa Apoll de asesoramiento de servicios de ingeniería y otros y Alterra Propiedades.