El gobierno intentaba esta semana, a través de sus ministros Amado Boudou y Julio De Vido, amenizar la relación con la cúpula de la CGT, molesta por los pocos lugares en las listas K pero un encuentro entre los funcionarios y Hugo Moyano fue suspendido ayer sin demasiadas explicaciones.
El lugar elegido era la sede del Sindicato de Taxistas que dirige Omar Viviani a pocos días de las declaraciones del camionero que aseguró que los trabajadores "no están para votar y marchar cuando los llaman".
"Llamaron para avisar que el almuerzo se pasaba para la semana que viene, pero ni dieron explicaciones", confió uno de los invitados a ese encuentro al diario El Cronista. Algunos sindicalistas especulaban con la posibilidad de que la cita haya sido suspendida por la propia Cristina, temerosa de dar explicaciones públicas a los cegetistas sobre los lugares en las listas y por la difusión pública de ese encuentro.
"Moyano no armó la reunión, se sumó después y al parecer a algunos muchachos eso no les cayó muy bien", aseguró un gremialista al matutino económico, aportando otra versión: un reunión suspendida por presiones del propio camionero, que ni siquiera había sido invitado.