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Leonardo Fariña: “Me subí a la Ferrari y pensé que era Dios, pero era un boludo”

Explica por qué se equivocó y cómo encontró libertaden prisión. Habla de Lázaro Báez, Juan Suris y Pérez Gadín. Los rumores sobre Néstor Kirchner. Galería de fotos

Leonardo, Fariña, desde la cárcel: “Cuando me subí a la Ferrari pensé que era Dios pero era un boludo”
| Cedoc

Tras meses de charlas y reuniones con su abogadaLeonardo Fariña decidió romper el silencio. A semanas de cumplir dos años detenido en la cárcel de Ezeiza, el acusado de evasión fiscal agravada habló de todo: Lázaro Báez, Carlos Molinari, Federico Elaskar, su familia, su hijo y su exesposa, Karina Jelinek, el kirchnerismo y la Justicia. El intento de asesinato, los falsos rumores de golpes y violación y la famosa cámara oculta con Jorge Lanata. Por qué asegura que se equivocó pero que no es un delincuente.

Perfil.com: -¿Es cierto que intentaron matarte?

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Leonardo Fariña: -Hace dos semanas, se acercó un interno compañero mío con un hábeas corpus en la mano. Me manifestó que unas personas que él podía identificar físicamente, le habían dicho, en el módulo del hospital penitenciario central, que lo mandaban para acá con la excusa de que a mí me tenía que pasar algo malo. Eso es lo que pasó. Después dijeron que fui golpeado, violado y apuñalado. Todo eso es mentira.

-¿Mantuviste relación con esa persona –se trata de Marcelino Coronel Alvarenga-?

-Cuando sucedió eso, inmediatamente, el interno fue sacado del lugar y no sé nada más. El servicio penitenciario tomó las medidas pertinentes. Actuó el juzgado de Lomas de Zamora. Intervinieron mi pabellón, hubo controles específicos, se removieron algunas personas pero yo no impulsé ninguna causa. No fue mi abogada a los Tribunales a denunciar. Actuaron de oficio.

-En relación con el servicio penitenciario, ¿cambió algo con el nuevo gobierno y luego de la fuga de los hermanos Lanatta?

-No me veo afectado porque estoy en un móvil disímil de los señores que trajeron –por los hermanos Lanatta-. No soy de salir del pabellón.

-¿Con quién tenés contacto? ¿Con qué reclusos hablás?

-No salgo mucho de acá. Soy retraído. Me dedico a la lectura y cosas mías. Pero alguna vez hablé con Segovia –el conocido rey de la efedrina-. Dijeron que estuve con Mangeri pero nunca compartí nada. Tampoco con Pedraza.

-Psicológicamente, ¿cómo superas el hecho de haberlo tenido todo y actualmente estar preso sin nada?

-Cuando entré acá pensaba en cómo extrañaba la vida que tenía. Hoy me doy cuenta de que nunca tuve todo. Encontré la libertad estando preso. Una Ferrari, una salida a la noche, la exposición, la farándula, no te hacen feliz. Tenes que saber manejar la abundancia. No supe. Eso no era la vida. Tengo ganas de ver a mi hijo y no puedo. Escucho a mi papá que está mal, viene una vez por mes con una bolsa de milanesas. Así le estoy haciendo pasar los últimos años de su vida. Es una vergüenza. El abrazo de un hijo no se compara con ningún auto. La salud de tu viejo, tampoco. Antes no disfrutaba las cosas importantes de la vida. No veía seguido a mi viejo ni a mi hijo. Era un egoísta. Pensaba en ser feliz de una manera equívoca. Con 23 años me subí a una Ferrari y sentí que era Dios pero era un boludo. Hoy quiero ver a mi hijo, formar una nueva familia. Me equivoqué en lo moral pero no cometí un delito.

-¿Qué rescatás de estar preso hace casi 2 años?

-La cárcel me dio un montón de cosas buenas. La cárcel es como el dinero. La plata te puede dar la posibilidad de acceder a muchas cosas pero sino tenés la fortaleza ni una escala de valores, es sólo un elemento de cambio. Lo que menos pienso es subirme a una Ferrari. Quiero salir y compartir la vida con mi familia y los pocos amigos que me quedaron. Muchos se alejaron, otros me atacaron y algunos se quedaron a mi lado.

-Tus amigos, tu viejo, ¿qué te dijeron en este tiempo?

-Mi viejo siempre me dijo que la manera en que me manejaba me llevaría a esto –la cárcel-. Tenían razón. Pero cuando estás arriba, no escuchás. El impulsor de todos los problemas fui yo. Tomé medidas ilegítimas para un fin legítimo. Pero pareciese que hubiese sido el único responsable de un montón de cosas que no se quisieron investigar.

-¿Quiénes?

-Con 23 años, ¿cómo hice para tener 5 millones de dólares de un campo?

-Era un sistema corrupto que hizo la vista gorda…

-Pero no se trata de eso. Estoy detenido por quedarme con un campo de una indemnización que está comprobada. Están probadas las relaciones y mis trabajos. Está instalado que era una máquina de fabricar dólares. Eso es imposible.

-¿Se cortó el hilo por lo más delgado?

-Pero, ¿cuántas veces escuchaste que mi causa es política? Muchas. Se dice con liviandad. Pero ¿no somos todos iguales ante la ley? ¿No se respeta el principio de inocencia? Soy el único preso en una megainvestigación. ¿Por qué? ¿En qué parte del código dice que una causa es política u ordinaria? ¿Alguien vio los patrimonios de cada persona involucrada? El campo lo compré con 23 años recién cumplidos. Escuché que el departamento de avenida Libertador lo compré porque lavé dinero para Menem pero tenía 11 años. Es muy fácil pegarle al herido que investigar al que habría que investigar.

-¿Buscás venganza?

-No tengo rencor. Me motiva otra cosa que es el amor de mi hijo y mi viejo. Quiero pasar tiempo con mi pareja. Pero deberían ser más justos conmigo. ¿Se puede dudar de la belleza de Karina o de lo cómodo que te sentís cuando un empresario pone a tu disposición un avión privado? ¿Quién no hace eso? Quizá hay muchos que tienen la fuerza de decir que no.

-A los 22 años, ¿le vendiste el alma al diablo?

-No es eso. Hay cuestiones que son naturales. Me equivoqué a esa edad. A los 27 me tocó estar preso pero tengo una vida por delante. Puedo mirar a mi hijo a la cara y decirle que me equivoqué. Quiero tener esa posibilidad.

-¿En su momento alguien te usó?

-Hace años no lo podría haber reconocido porque se caía mi ego. Desde que caí detenido no hablé con nadie, excepto una vez y me censuraron. Con Luis Majul quería decir, ni más ni menos, lo que te digo ahora. La disputa con Lanata la busqué yo, porque salí a enfrentarlo para decir que yo tenía razón. Una parte del periodismo me apuntó como delincuente y la otra, necesariamente, también lo tenía que hacer. Fui usado e injustamente golpeado.

-Pero ¿cuál fue la mentira que supuestamente le dijiste a Lanata?

-La esencia de la nota. Debí haber tenido la valentía como hombre de ir a Río Gallegos a reclamarle la plata a Lázaro Báez. Pero me sentía más que Báez porque era el “pibe maravilla”. Me comí el personaje. Mi vida fue un fracaso. Elegí casarme y a los dos años me separo. Expuse a mi hijo a noticias mentirosas, a que los compañeritos le digan “tu papá está preso”. Expuse a mi papá a venir a verme con una bolsa de comida a un penal a los 79 años. Pero ¿por qué sólo estoy yo acá? ¿No es llamativo? Presenté excarcelaciones que ni siquiera las contestaron.

-¿Y quién presionó a esos jueces y camaristas para que sólo vos estés detenido? ¿Báez?

-No lo sé. Me cree una mala imagen. No di el brazo a torcer y eso fue un retiro. Vos lo dijiste, ¿cómo lo afronto psicológicamente? No tuve nada realmente. Nada.

-¿Y cuál sería la Justicia?

-A lo largo de estos años pasaron muchos personajes. ¿Soy el culpable de todo? ¿De qué? No estoy preso por lavado de activos sino por evasión. Ni siquiera es una infracción. No inventé una factura ni dibujé ingresos. Yo no. Informé a la AFIP sobre las operaciones. Me llama la atención que me detienen un 25 de marzo y el 6 de octubre pasado ya me habían advertido que me detendrían. ¿Necesitaban un boludo adentro? Una cosa es haberse equivocado en la vida sin medir consecuencias pero otra es cometer un delito.

-Más allá de lo que salió publicado ¿quién es Pérez Gadín?

-Era un empleado de Austral Construcciones. De un día para el otro, me despidieron y lo pusieron a auditarme. Nunca me quedé con nada que no es mío. Le dediqué mucho tiempo a ese emprendimiento. Se dijo que conocí a Karina para cubrirme de algo. No fue así.

-¿Cuántas mentiras se dijeron, a tu entender, en los medios sobre vos? Recuerdo el rumor de que eras el hijo no reconocido de Néstor Kirchner…

-Desde el 2011 circularon versiones de todo tipo. El campo de Mendoza está probado que la operación de hizo en Buenos Aires. Tiene importancia porque es el puntapié para que se investigue realmente qué pasó. ¿Para quién compré? Si eso no se quiere hacer, no puedo responder por eso. Decían que era hijo de Kirchner… es una locura. Soy el culpable de esos inventos. Dicen que podría haber lavado dinero para Juan Suris cuando lo conocí después de los hechos, en el 2013.

-Existe un paralelismo con Juan Suris en que aparecen en muchas causas e investigaciones, ¿cómo siguió tu relación con él?

-Terminó el día en que se profugó. Si no lo hubiese hecho, hoy yo estaría libre. Él evadió el accionar de la Justicia. Yo no.¿Cuántos casos resonantes de corrupción hubo en estos años? ¿Alguien quedó un día preso? Utilizar el estado de prisión de una persona para otro fin, hace sufrir al entorno. Hay personas que están procesados por delitos graves que atentan contra la integridad de la institucionalidad del Estado y representan al pueblo.

-¿Qué sentís al verlo a Amado Boudou libre y vos adentro?

-La Constitución dice que las personas pasan el proceso en libertad. Está instaurado que soy un delincuente con actitudes reprochables por andar en una Ferrari, por haber volado en un avión privado con Karina Jelinek y hay personas que están procesadas por haberse quedado con la casa de la moneda. Vos lo nombraste. Y salen del país. Estuve en Puerto Madero cuando un ex funcionario muy importante –Ricardo Jaime- le dictaron orden de detención y estuvo 19 días prófugo. Hoy tiene tres condenadas unificadas y no pasó ¡un día preso! ¿Es así o no?

(*) Desde la redacción de diario PERFIL | Twitter @luisgasulla