El fiscal federal Federico Delgado dialogó con PERFIL tras la denuncia del juez Claudio Bonadio por haber tomado testimonio a Leonardo Meirelles, un arrepentido en el caso de las coimas del Lava Jato, en Brasil, que dijo haber realizado pagos al actual jefe de la AFI, Gustavo Arribas, cuando éste no era funcionario.
“El colofón de esto es que fuimos los únicos que intentamos tener un contacto real y directo con los arrepentidos del Lava Jato. Intentamos doce conferencias, conseguimos tres. Una nos dio bien. Tenemos otra la semana que viene con otro Estado, que es el Reino de España, siempre tratando de conseguir la verdad a través de las herramientas que tenemos. Si una audiencia que se desarrolló con la presencia de dos fiscales, en Brasil, la presencia de un arrepentido, su defensor y un fiscal brasileño, si eso fue un delito, ya me parece que lo que tenemos que hacer es sincerarnos y si esto va a quedar así, es bajar la persiana y decir la verdad: no nos interesa investigar el Lava Jato y no lo investigamos. Porque esto así es gasto de energía, de dinero. Si cualquier juez va a denunciar a un fiscal porque no le gusta una prueba que hizo, es el fin de cualquier tipo de esquema republicano”, dijo el fiscal.
“Los doleiros son la fuente de información más directa que tenemos los argentinos y son los mismos que utilizó Perú, Panamá, Colombia. El mensaje nuestro es que a los doleiros los metemos presos. Entonces es un mensaje difícil para conocer la verdad. En toda Latinoamérica son testigos, en Argentina son imputados con amenaza de prisión. Entonces me parece un incentivo complicado para conseguir verdad”, agregó.
“Es muy difícil trabajar bajo la amenaza de coerción cuando no estás cometiendo un delito, estás haciendo tu trabajo. Es dificilísimo y el futuro me parece opaco”, afirmó.
