Pese a las críticas de numerosas voces opositoras y de entidades empresariales, el presidente Alberto Fernández ratificó que su par de Venezuela, Nicolás Maduro, "está más que invitado" a la VII cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que comenzará este martes en la Ciudad de Buenos Aires.
"Venezuela es parte de la CELAC y Maduro está más que invitado. Hasta donde yo sé, lo hará", sostuvo el mandatario en una entrevista con el diario Folha de São Paulo.
Según dijo, "la posición de Argentina con relación a Venezuela es impulsar, a través del Grupo de Contacto, los diálogos que se están realizando en México", donde gobierna el presidente Andrés Manuel López Obrador, uno de los impulsores del progresista Grupo de Puebla.
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Fernández aseguró que esas conversaciones entre distintos sectores políticos y sociales de Venezuela "pueden dar buenos resultados". "La idea es que los venezolanos decidan entre venezolanos, no con nosotros", manifestó el jefe de Estado, presidente pro tempore de la CELAC.
El presidente resaltó que "en estos tiempos difíciles, fue un mecanismo importante para llevar la voz de América Latina a la Cumbre de las Américas y al G7 y participar en la discusión sobre el conflicto entre Ucrania y Rusia".
"El año que comienza es decisivo porque la mayoría de las consecuencias de la guerra comenzarán a verse ahora. Y cuando la FAO dice que 300 millones de personas morirán de hambre, nos preocupa mucho, porque sabemos que muchas de esas personas pueden ser de América Latina", expresó.
"Y vivimos un momento particularmente convulso para la región, en el que tenemos que trabajar para garantizar la institucionalidad de la democracia", agregó Fernández.
Al respecto, Fernández advirtió que la derecha latinoamericana está "muy fuerte" y acusó a un sector de la misma de apelar a la violencia como método "adecuado para combatir la democracia" y "amenazar a la sociedad".
"Hay un cierto sector de la derecha latinoamericana que piensa que la violencia es un modo adecuado para combatir la democracia, amenazar a la sociedad. Debemos estar alertas, sin permitir que eso ocurra en ningún lugar", concluyó el presidente.
La llegada del líder del régimen chavista al país fue objetada por todo el arco de Juntos por el Cambio y fuerzas políticas libertarias, que acusan al líder bolivariano de presuntas violaciones a los derechos humanos y a la democracia en Venezuela.
La titular del PRO, Patricia Bullrich, llegó al punto de solicitar que a su arribo al país Maduro sea "detenido de manera inmediata por haber cometido crímenes de lesa humanidad, tal como ocurrió con Pinochet en Londres, en 1998".
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En tanto, el ex presidente Mauricio Macri compartió una carta abierta este domingo en sus redes sociales y consideró que "la inmensa mayoría de los argentinos" sienten "vergüenza de que nuestro país se asocie con otros donde hay persecución, tortura, narcoterrorismo, presos políticos y elecciones fraudulentas que se burlan de la democracia".
"La bienvenida a estos dictadores no la organizamos nosotros los argentinos, sino un gobierno que languidece en su mediocridad, uno que pronto se llevará el desgraciado honor de haber sido el peor gobierno de la historia de la democracia de nuestro país", sentenció el fundador del PRO.
Todavía no está confirmada la llegada de Maduro para participar de la CELAC. En cambio, sí estará el presidente de Cuba, Miguel Díaz Canel, otro de los jefes de Estado que la oposición denuncia por presuntas violaciones a los derechos humanos.
El mandatario de Nicaragua, Daniel Ortega, también bajo la lupa de la oposición por el régimen político que impone en el país centroamericano, fue invitado por Alberto Fernández pero no viajará al país para concurrir a la cumbre de la CELAC.
La gran estrella del evento será el flamante presidente de Brasil, Lula da Silva, quien viene de atravesar momentos de extrema tensión política por el intento de golpe de Estado de parte de miles de militantes bolsonaristas a apenas una semana de asumir en el Palacio del Planalto.
Alberto Fernández mantendrá con su par de Brasil, quien gobierna la economía más poderosa del continente, una reunión bilateral en la que, entre otros asuntos, podrían avanzar en los lineamientos para instaurar una moneda común de ambos países, denominada "Sur".
ds