“El Tano” fiscalizó más de 15 elecciones en el Conurbano de la provincia de Buenos Aires. Controla los votos desde que Heminio Iglesias se presentó para la intendencia de Avellaneda en 1973 y asegura que el fraude organizado “no existe”. Pero conoce las mañas y está atento a cada posibilidad que el domingo le permita sumar un voto para el dirigente para el que trabaja.
Fiscalizar en el barrio en que se vive, esconder postulantes en el cuarto oscuro, robar boletas, contar a beneficio propio los votos anulados y “ayudar” a un presidente de mesa cansado. Aunque no lo cuentan como fraude, todo puede sumar.
“Nuestros fiscales son del barrio y no te das una idea de la diferencia que hacen con un tipo que viene a controlar los votos del PRO desde la Capital y no sabe si tomar el 100 o el 74 para volverse”, cuenta Carlos. Y detalla: “Cuando está Juan en la escuela y los vecinos que lo conocen lo empiezan a saludar, saben que es buen tipo y saben que labura con el intendente, quizás le ponen el voto. Que sean del barrio ayuda más de lo que se cree”.
En José C. Paz, el operativo confusión está en marcha. Marcelo trabaja para el Frente para la Victoria (FpV) y ya le entregó a varios vecinos que lo ayudarán el día de la elección varias boletas con las que compitió Francisco De Narváez en 2013. “Son algunas picardías que pueden restarle algún voto a la oposición”, reconoce ante PERFIL.
“Los fiscales ingresan todos juntos al cuarto oscuro a reponer boletas, no se puede hacer mucho, pero hay algunos vecinos que te ayudan y cuando ingresan a votar les pedimos que dejen boletas de una sola opción del FpV en el aula tapando y dejando abajo la del otro candidato de la interna”, describe José, quien controlará una de las escuelas en donde votan los habitantes de Puerta de Hierro, La Matanza.
Está preparado para esconder en el cuarto oscuro la boleta en la que figura Aníbal Fernández como candidato a gobernador y defender la de la papeleta de Julián Domínguez y Fernando Espinoza. Si faltan fiscales de partidos competidores, también está preparado para hacer desaparecer sus boletas.
Los fiscales aseguran que es imposible “robar” votos durante el conteo de boletas, ya que participan el presidente de mesa y los distintos fiscales, uno con cada planilla que al final de la suma deberán coincidir.
Sin embargo, la falta de experiencia de algunos puede terminar ayudando a contar el voto a beneficio de otro partido. “Puede haber gente que ponga la boleta entera de Cambiemos, con Mauricio Macri, pero como quiere votar a Elisa Carrió también pone el segmento cortado de Carrió para presidenta y la boleta entera de Cambiemos, pero sin cortar a Macri como presidente.
Cuando vemos eso, enseguida pedimos anular todo el voto, un fiscal medio dormido del PRO no se da cuenta y la presidenta de mesa ya no tiene ganas de estar mirando la ley. En realidad, el voto anulado sólo corresponde a la categoría de presidente, el resto de las categorías son un voto válido, pero ahí está la avivada de conseguir todo el voto nulo”, precisa José.