“En el Talmud está prohibida la adivinación, el profetismo sobre lo que pueda suceder allá lejos y todavía no sabemos de qué manera. Creo que hay que trabajar el presente, que es el lugar de la temporalidad, tanto en la significación del pasado como del futuro.” Esta referencia al libro que recoge las leyes y tradiciones judías fue utilizada por Ricardo Forster, titular de la Secretaría de Coordinación para el Pensamiento Nacional, para indicar a PERFIL que está concentrado en la tarea que pueda hacerse en los 18 meses que le resta a la gestión de Cristina Kirchner. Si bien afirmó que “la creación del ministerio y la secretaría trascienden este gobierno”, Forster sabe que tiene plazo fijo. Por eso organizó foros de debate en todo el país que se realizarán entre septiembre próximo y junio de 2015, con la participación de intelectuales de “todas las corrientes de pensamiento”, prometió.
La presentación en sociedad de la secretaría se demoró un mes. Finalmente, el miércoles pasado, en el Ministerio de Cultura, Forster dejó claro que defenderá fuertemente “las políticas de estos últimos diez años”. Fue una de las frases mejor recibidas por un auditorio en el que predominaban funcionarios, legisladores y dirigentes de La Cámpora, la agrupación K que pobló el staff de la cartera con sus militantes. Sin embargo, recién hubo aplausos sostenidos (el más enfático fue el “Cuervo” Andrés Larroque) cuando el filósofo señaló a Néstor y a Cristina Kirchner como artífices de esa política. Muchos funcionarios presentes se mostraron sorprendidos por la asistencia de la ensayista Beatriz Sarlo. La escritora asistió a la presentación porque mañana publicará en PERFIL un análisis sobre el lanzamiento.
Tras la conferencia del miércoles, en un diálogo individual con este diario, Forster reafirmó su confianza “en este presente de un gobierno que está pensando en seguir avanzando en la construcción y la consolidación de un proyecto de sociedad que sea más igualitario, donde se distribuya mejor no sólo la riqueza material, sino también la cultural simbólica”.
Por eso, enfatizó que su secretaría “va a tratar de contribuir a eso y haremos lo que esté a nuestro alcance para que se consolide lo que yo llamo un gran debate democrático sobre la tradición argentina”.
Cuando PERFIL le preguntó por un posible giro en la política cultural en 2015, dado que el gobernador Daniel Scioli y el diputado Sergio Massa encabezan las encuestas presidenciales, Forster aceptó que no sabe del tema porque esos candidatos “no lo han planteado”.
“No conozco cuál es la política cultural de Massa, no sé si la tiene… Ni sé qué piensa hacer si llega a ser candidato y ganar las elecciones Scioli. Habría que ver lo que está haciendo en la provincia de Buenos Aires”, subrayó, aunque evitó criticarlos.
De todos modos, sostuvo que le interesa más “la política cultural que se ha construido a lo largo de estos años, que ha sido muy amplia, muy compleja en la articulación de dos cosas que en la Argentina estaban separadas: los derechos sociales y los derechos civiles”. Y concluyó: “Política cultural es generar la condiciones para que los humillados y los excluidos puedan acceder a lo que no accedían, y para que los que fueron discriminados por sus elección sexual puedan tener un reconocimiento con amplitud de ciudadanía, como la Asignación Universal y el Matrimonio Civil Igualitario”.
