El Congreso partidario del Socialismo debió ser suspendido en medio de incidentes entre los representantes de la provincia de Buenos Aires, que comanda el diputado Ariel Basteiro, y el oficialismo del senador Rubén Giustiniani, por no permitirse la entrada de militantes a la reunión que se realizaba en el predio de Costa Salguero.
Los bonaerenses (encuadrados dentro de las filas del kirchnerismo) denunciaron que "congresales y militantes fueron golpeados" y que a representantes de la conducción no los dejaron ingresar porque hoy está previsto "votar la intervención del partido a nivel provincial", según dijeron a la agencia DyN.
En tanto, desde el sector de Giustiniani aclararon que sí se permitió el ingreso a todos los congresales, aunque no a los militantes, y acusaron al sector disidente de "acudir con palos y romper vidrios" para ejercer presión antes del inicio del cónclave, en esta capital.
En ese contexto, comenzaron los roces durante la acreditación de los congresales de la provincia, que pretendían lograr el ingreso de sus militantes al recinto de Costa Salguero, donde se iba a desarrollar el cónclave. La organización no dejó ingresar a los militantes que llegaron junto a Basteiro y al secretario de Relaciones Parlamentarias de la Jefatura de Gabinete, Oscar González,
Allí comenzó un enfrentamiento entre los bonaerenses y el personal de seguridad del lugar, que se mantenía inflexible en su postura. En medio de la disputa, sufrieron cortes tres representantes bonaerenses, que fueron asistidos en el Hospital Fernández y se registró rotura de vidrios y destrozos en el predio ubicado en Costanera Norte.
La diputada y miembro de la mesa ejecutiva del PS Silvia Augsburger explicó que se tomó la determinación de suspender el encuentro "para garantizar la integridad física de quienes estaban adentro del recinto", ante la amenaza de un grupo que "vino con palos y piedras, tiró bombas de humo y le pegó a la gente" que se encontraba presente.
